Brit Leissler es una diseñadora que empezó diseñando su propio misterio. Por norma general esconde sus datos biográficos pero muestra sus opiniones en un blog muy activo: shoot the stylist Hace tres años, diseñó una butaca-cama-mesilla con la voluntad de ofrecer una propuesta ética en medio de tanta novedad vacua. Para intentar aportar más, su silloncito sumaba un tercer uso al tradicional de sillón y cama.
Leissler, que se graduó en el Royal College of Art (tras estudiar diseño de producto en San Francisco y en Colonia) ideó una propuesta nueva pero no novedosa. Partía de la idea de aprender a vivir con poco y de un dilema clásico: tratar de cuajar varios usos en un único producto, o lo que es lo mismo, juntar varios productos en uno sin destrozar ninguno de ellos. Así, la butaba Huggy (producida por Lago) de esta diseñadora asentada en Londres es un colchón (o una cama) pero también es un asiento envolvente, y cómodo, cuando el colchón se recoge en un cilindro de pvc. Por la noche, cuando el colchón se extiende en el suelo, puede uno darle la vuelta al cilindro y convertirlo en mesilla de noche. Una butaca-cama no es mucha noticia, pero unir un tercer uso a un binomio funcional, sin que ninguno perdiese su función le valió a esta enigmática diseñadora el Good Design Award que concede el Chicago Atheneum. Premiar el buen diseño, “la innovación por encima del embalaje”, especificaban, fue la intención de los legendarios Eero Saarinen, Charles y Ray Eames y su mecenas, Edgar Kaufmann Jr, -cuyo padre encargó a Frank Lloyd Wright la famosa Casa de la Cascada-. Fueron estos cuatro arquitectos y diseñadores los que idearon el galardón Good Design Award en 1950. 60 años después todavía quedan buenas ideas más allá del embalaje. Y más allá de las más o menos afortunadas fotografías publicitarias. http://blogs.elpais.com/del-tirador-a-la-ciudad/2011/01/la-butaca-cama-mesilla.html
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El Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA), dependiente de la Conselleria de Medio Ambiente y Urbanismo que dirige el conseller Juan Cotino, ha puesto en marcha también la construcción de viviendas de protección pública especialmente en terrenos de Benisaudet y del Garbinet. También en suelo de Rabasa donde el pasado mes de noviembre concluyó la urbanización de la segunda fase de Plan Especial de Reforma Interior (Peri) de este barrio, con una superficie de 130.000 metros cuadrados que permitirán la construcción de 336 viviendas protegidas, que se distribuirán en casas unifamiliares y en edificación abierta.Según fuentes del Ivvsa, en la actualidad este organismo ejecuta de forma directa dos promociones, de 48 y 36 viviendas protegidas, en la zona de Benisaudet. Ambas promociones se ofertarán en régimen de venta.En esta legislatura el organismo autónomo de la Conselleria ha terminado en la ciudad 277 viviendas de protección, de las que 108 han sido en alquiler y 64 en venta en terrenos del PAU-2, mientras que otras 105 de las que se han construido, acogidas al régimen especial, se hallan en suelo del Plan Parcial del Garbinet.Además, según las mismas fuentes, en esta legislatura se ha iniciado la construcción de 37 viviendas de protección pública que se suman a otras 235 que también están en construcción, de las que 215 son en régimen de compraventa y 20 en alquiler.
http://www.lasprovincias.es/v/20110124/alicante/promociones-ivvsa-suelo-benisaudet-20110124.html Las ayudas concedidas por la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda para la rehabilitación de edificios y viviendas entre junio de 2007 y agosto de 2010 han generado un impacto económico de 482 millones de euros en la Comunitat Valenciana. Ésta es una de las principales conclusiones recogidas en el proyecto BREV del Institut Cerdà que analiza los beneficios de la rehabilitación de viviendas en la generación de actividad económica y creación de empleo en nuestra Comunitat.La directora general de Vivienda y Proyectos Urbanos, Mª Jesús Rodríguez, ha asegurado que “en los últimos años desde la Generalitat hemos dado un especial impulso a la rehabilitación porque es una alternativa importante a la hora de buscar soluciones a la crisis en la que se encuentra el sector de la construcción y para reactivar la actividad económica, como así demuestra este estudio”.
“Así, -ha continuado la Directora- por cada euro de subvención concedida se han generado casi seis euros de volumen de negocio, lo que da una idea del importante efecto multiplicador del dinero público y de los beneficios de apoyar económicamente las obras de rehabilitación”. La directora general de Vivienda ha explicado que “las ayudas para la rehabilitación de edificios y viviendas concedidas en este periodo han beneficiado a 35.700 familias de la Comunitat y han supuesto una inversión pública de 105 millones de euros, de los que el 72% han sido asumidos por la Generalitat mientras que el restante 28% proviene de la aportación del Gobierno Central”. En este sentido, Mª Jesús Rodríguez ha recalcado que “el mayor esfuerzo inversor del Gobierno Valenciano en materia de rehabilitación viene demostrado por este hecho y confirma que la Generalitat es la Administración más comprometida con el impulso a la rehabilitación para contribuir a la creación de empleo y riqueza, y a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos que necesitan reformar su vivienda”. Impacto en el PIB Según el estudio realizado por el Institut Cerdà, en colaboración con el Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunitat Valenciana, las subvenciones de rehabilitación de viviendas han generado un volumen de negocio total de 616 millones de euros, de los que el 78% se ha producido en la Comunitat Valenciana que ha obtenido un impacto económico de 482 millones de euros. Además, las ayudas han generado un Producto Interior Bruto (PIB) total de 247 millones de euros, el 86,5% en la Comunitat Valenciana, con 213,6 millones de euros. Cada euro de subvención ha generado casi seis euros por efecto directo, indirecto e inducido. Una de los grandes figuras de la arquitectura mundial reflexiona sobre el futuro de las ciudades y cómo deben evolucionar hacia modelos más sostenibles para asegurar su supervivencia. Norman Foster se aventura a apuntar el destino de las urbes que habitaremos.
Alguien dijo una vez de mí que, si me hacían una pregunta, yo respondía con un dibujo, de modo que aquí propongo el bosquejo de un hada madrina con su bola de cristal para ver el futuro y una varita mágica para hacer aparecer lo imposible. Antes de empezar a usar sus poderes sobrenaturales, hay dos pasos importantes que podemos dar por nuestra cuenta. En primer lugar, comencemos con las realidades obvias. Vivimos en un planeta que tiene cada vez menos cosas que ofrecer en una época en la que cada vez más personas, muchas todavía por nacer, van a querer cada vez más cosas. La capacidad de la tierra para proporcionar suficientes alimentos, agua y combustible (sobre todo los combustibles fósiles) está disminuyendo. Al mismo tiempo, la población de las economías emergentes, en especial China e India, está disparándose. Ya existe una inmensa brecha entre la calidad de vida de las sociedades que se industrializaron en el siglo XIX y las que están haciéndolo ahora. Esta diferencia entre "los que tienen" y "los que no tienen" sólo puede eliminarse mediante un aumento masivo de la producción y el consumo de energía, sobre todo en esas economías emergentes. En el mundo interconectado en el que vivimos todos hoy, los problemas derivados de estas contradicciones también se comparten. Lo que ocurre "allí" nos afecta directamente "aquí". Por si el panorama que describo de desajuste entre "los fines y los medios" y "los ricos y los pobres" no fuera suficiente problema, tengamos en cuenta que estas contradicciones se producen en un periodo de cambio climático. Dicho cambio se ha atribuido a los efectos secundarios, contaminantes, de la industrialización actual y pasada de las sociedades más ricas. Las amenazas ambientales derivadas de esa realidad están siendo ya visibles y permiten prever varias perspectivas deprimentes para el futuro. Para apoyar lo dicho más arriba sobre la energía, existen sólidas pruebas estadísticas que muestran las ventajas sociales de aumentar el consumo energético. Por ejemplo, los países que consumen mucho, como Estados Unidos, los países europeos y Japón, tienen mayor esperanza de vida, menor mortalidad infantil, una educación más extendida y más libertad política que los que consumen menos energía, como China, India o Afganistán. El aumento del consumo energético se traduce asimismo en la reducción de los índices de natalidad, un factor importante de estabilización en un planeta con recursos limitados. Podría incluso decirse que existe una obligación moral de lograr que haya un aumento drástico del consumo energético en los países en pleno desarrollo. En épocas anteriores, el cambio era lento, en términos relativos. La migración de los pobres de las zonas rurales hacia las ciudades en las que estaban los ricos urbanos fue una cuestión de siglos. En la actualidad, ese mismo proceso de urbanización -otro barómetro de la utilización de energía- puede medirse en decenios. La velocidad del cambio se ha multiplicado por diez, y ha añadido otra dimensión, que es la desesperada sensación de urgencia. En una ocasión dije que la sostenibilidad no era cuestión de modas sino de supervivencia. En el contexto de esta gran perspectiva, hay muchas preguntas relacionadas que reclaman nuestra atención. Por ejemplo, ¿está usted convencido, después de ver las pruebas, de que hay un cambio climático, o es usted escéptico? ¿Alcanzarán las reservas de petróleo su nivel máximo pronto, o tardarán aún un tiempo? ¿La fuente futura de energía será el gas natural, la energía nuclear, la geotérmica, el viento, las mareas o las células solares? ¿Será alguna de éstas, o tal vez todas, o alguna otra que todavía no está inventada? Pese a lo críticos que son estos y otros aspectos, hay un titular que destaca por encima de la letra pequeña. Es un mantra que se repetirá de distintas formas: la absoluta necesidad de que, como sociedad mundial, seamos capaces de conseguir más con menos. Eso significa que nuestros edificios no sólo deben consumir menos energía sino que deben producir cero carbono y cero residuos. Mejor todavía, deberían recoger más energía de la que necesitan para devolverla a la red eléctrica de forma que pueda beneficiar a todos. Sabemos que, con la suficiente masa crítica, los edificios nuevos pueden cumplir estos ideales de rendimiento. Entonces, si nuestra hada madrina agitara su varita mágica y transformase todos nuestros hogares y nuestras oficinas en esos modelos de sostenibilidad, ¿se acabarían nuestros problemas? Por desgracia, no. La razón es que, en una sociedad industrializada, los edificios consumen más o menos el 45%, de la energía, pero esa cifra sube al 75% cuando se añaden los movimientos de personas y bienes entre unos destinos y otros. La respuesta para un futuro sostenible, por consiguiente, está en la fusión entre arquitectura e infraestructuras, entendiendo por esto último una combinación de carreteras, espacios cívicos, transporte público y estructuras varias que constituyen el entramado urbano y unen unos edificios con otros. En su variante más densamente poblada, esta mezcla se llama ciudad; en su versión más extendida, se define probablemente como megarregión. En la relativa estabilidad de nuestra sociedad occidental, tendemos a ver nuestras ciudades como algo relativamente estático, cuando, en realidad, sufrimos las consecuencias de la sigilosa expansión de las zonas urbanas hacia las afueras. Por el contrario, en las economías emergentes, están creándose ciudades enteras a un ritmo frenético, y sus ciudades actuales están creciendo de forma explosiva y convirtiéndose en megaciudades de una dimensión totalmente nueva. El reto actual es que haya más urbanización y la energía utilizada sea mucha menos y más limpia. Ésa es la única forma de igualar los niveles de vida en todo el mundo y, al mismo tiempo, mantener la calidad de vida que disfrutamos los más privilegiados, que constituimos, según ciertos cálculos, sólo la mitad de la humanidad. Recordemos que casi el 40% de la población mundial no posee servicios sanitarios, el 25% carece de electricidad, el 17%, de agua potable, y un tercio vive en barrios de chabolas. Para simplificar, propongo tres posibles situaciones que es preciso abordar, enmarcadas en forma de preguntas. La primera está relacionada con el diseño de esas ciudades nuevas que están creándose desde cero. ¿Qué forma deben adoptar, si tenemos en cuenta las cosas que han superado, o no, el examen de la historia? La segunda perspectiva afecta a nuestras ciudades actuales. ¿Cómo se adaptan a los nuevos desafíos ambientales? ¿Cómo las modernizamos para adaptarlas a los cambios y las nuevas necesidades ya visibles? La tercera pregunta se refiere a las zonas residenciales de las afueras, las interminables redes de carreteras y la extensión sin fin de los barrios poco poblados a los que sirven. ¿Qué futuro tienen? Aunque restrinjamos su proliferación, sigue existiendo la realidad de su presencia actual. ¿O también ellas están transformándose empujadas por las fuerzas del cambio? Al principio de este texto mencionaba "dos pasos importantes" y decía que el primero era comenzar por las realidades evidentes. El segundo paso nos devuelve a la bola de cristal y su mirada al futuro. Muchas voces han asegurado que, si queremos mirar hacia adelante en el tiempo, antes debemos mirar atrás. Se supone que veremos las pautas y tendencias pasadas y eso nos permitirá comprender mejor las situaciones y tener más probabilidades de éxito en nuestros planes para el futuro. La historia del automóvil y las redes de carreteras desarrolladas para su circulación es nueva; poco más de un siglo, que no es nada. Podría decirse que no es más que una faceta en la evolución de la movilidad creciente de nuestra sociedad, una tendencia que previeron, muy por delante de su tiempo, escultores, pintores y escritores de épocas pasadas. Su forma material consistió en el nacimiento y la proliferación sucesiva de barcos cada vez más veloces, los ferrocarriles y los aviones subsónicos. Si observamos la tierra de día desde uno de esos aviones, podremos dividir los asentamientos urbanos que vemos entre dos tipos. El primero es el de las ciudades densamente pobladas, que se alzan desde el suelo, y el segundo, un dibujo de barrios de casas bajas, aparentemente infinitos, que se extienden a partir de ellas. Si tuviéramos una guía y pudiéramos identificar esas ciudades por su nombre, seguramente encontraríamos que son históricas, compactas y procedentes de una era en la que los espacios cívicos estaban diseñador para el peatón o los vehículos tirados por caballos. En comparación, los barrios de las afueras son prácticamente nuevos, creados por y para el automóvil. Las Autobahns se construyeron en nombre del progreso militar en Alemania en los años treinta, y, veinte años después, en el apogeo de la guerra fría, un acto legislativo paralelo puso en marcha un programa similar en Estados Unidos. Cuando se pone el sol y se hace de noche, podemos ver los asentamientos que están allá abajo definidos por dos tipos de luces artificiales. Una luz, la que procede de los edificios, es estática, mientras que la otra, de los vehículos, está en movimiento perpetuo, aunque de forma entrecortada en los centros de las ciudades congestionadas, que hacen hueco como pueden a los automóviles que han sustituido a los coches de caballos. Más allá del centro, las caravanas de luces recorren grandes distancias, hasta el siguiente centro urbano. La expansión urbana que une un centro con otro es la megarregión, fundamentalmente residencial pero, muy de vez en cuando, salpicada de centros académicos e industrias del conocimiento. En ocasiones, la cinta de luces se detiene de pronto, como consecuencia de una horrible colisión en la carretera; el equivalente a una obstrucción en una arteria vital del cuerpo humano. Imaginemos que nuestro avión sale de Detroit, cerca de esas carreteras que, como anillos concéntricos, van extendiéndose desde el centro de la ciudad hacia los barrios infinitos de casas bajas. Detroit fue en un tiempo el centro industrial y próspero del Medio Oeste, la cuna del automóvil en Estados Unidos. En los últimos 50 años, la ciudad ha pasado de su cénit productivo a un declive terminal, perjudicada por el cambio de la demanda en el consumo, que a su vez se debe a la pérdida de liderazgo en el diseño. O, para decirlo de otra forma: la incapacidad para adelantarse y adaptarse al cambio. Al salir de Detroit nos damos cuenta de que hasta tal punto es la esencia de la ciudad extendida y basada en el coche que su apodo es, apropiadamente, "Motown". Ese mismo día, gracias a una diferencia horaria de seis horas, llegamos a Copenhague, una típica versión de la ciudad compacta europea que fue la inspiración para las primeras ciudades de Estados Unidos, como Boston, y otras variaciones de la cuadrícula como San Francisco. En el espectro de densidad de población, Copenhague ocupa un lugar intermedio, con casas bajas y un desarrollo que favorece al peatón, buen transporte público y el uso generalizado de la bicicleta. Como sus equivalentes en otros países, Copenhague obtiene puntuaciones muy altas entre las ciudades con una calidad de vida más deseable. Al margen de las comparaciones ambientales (el corazón de Detroit está tan trágicamente degradado que la naturaleza se ha apoderado del 30% de los barrios del centro), lo más significativo es la comparación en el uso de la energía. Copenhague tiene el doble de densidad que Detroit pero utiliza la décima parte de gasolina. Históricamente, las ciudades estadounidenses eran más fieles al espíritu del modelo europeo y no dependían tanto del coche. En los años veinte había 1.200 sistemas de tranvías callejeros -un tranvía por cada 2.500 personas- y el 80% utilizaba ese transporte público limpio. Fue una subsidiaria de General Motors, la compañía nacida en Detroit, la que, 30 años después, compró y destruyó más de 100 de esos sistemas en 45 ciudades. Ese hecho coincidió con la iniciativa del Gobierno para construir la inmensa red de autopistas interestatales a la que me refería más arriba. Otro dato interesante es que, al acabar el siglo XIX, había en las carreteras de Estados Unidos más coches de los eléctricos que de los de gasolina y tubos de escape contaminantes. En el gran orden de cosas, las ciudades compactas y densamente pobladas son mucho más sostenibles que cualquier metrópoli desparramada, y los datos estadísticos lo demuestran de manera espectacular, si pensamos, por ejemplo, en el bajísimo consumo de energía de Hong Kong y Mónaco. Manhattan es un ejemplo estadounidense de diseño sostenible, con su pulmón verde en Central Park, barrios adaptados a los peatones, un escaso número de vehículos particulares y un excelente sistema de transporte público. No es casualidad que esta ciudad, con su concentración y su diversidad de usos y oportunidades, esté experimentando un periodo de prosperidad económica, mientras que las comunidades monoculturales suburbanas sufren dificultades económicas y pérdidas de empleo y de viviendas. En consecuencia, si miramos por el espejo retrovisor, ¿qué hemos aprendido que podamos aplicar al diseño de las ciudades nuevas para el futuro en la primera posible situación que planteaba antes? Como los mejores ejemplos históricos, esas ciudades deberían ofrecer una rica mezcla de espacios para vivir, trabajar y disfrutar del ocio, con una combinación de intimidad y sentimiento de comunidad. Se daría gran importancia a los espacios peatonales de calidad, con los mejores parques y las mejores plazas y avenidas urbanas. Como los espacios exteriores se utilizarían de día y de noche, la ciudad ideal no sólo debería ser un lugar deseable sino también seguro. Los niños podrían ir al colegio a pie o en medios de transporte públicos limpios y seguros. Ahora bien, habría diferencias importantes entre estas nuevas ciudades y los mejores ejemplos del pasado. Las nuevas ciudades tendrían espacios debajo de las calles peatonales por los que transcurriría el tráfico, con el consiguiente desvío de las congestiones y la contaminación. Esos espacios incluirían además una nueva forma de organizar las alcantarillas, las conducciones y los cables tradicionales que hoy discurren enterrados bajo nuestras ciudades. En el esfuerzo para producir cero carbono y cero residuos, todos los residuos que produjéramos se tratarían para generar energía. Del mismo modo, el agua, una materia cada vez más valiosa, se reciclaría para regar parques y cosechas. Por supuesto, sería posible recoger agua de lluvia como parte de una estrategia integral hacia la sostenibilidad. Las leyes armonizarían todos los edificios para que cada uno hiciera su propia aportación energética a la comunidad. Se extraerían lecciones valiosas de los edificios y espacios exteriores concebidos antes de que hubiera una energía barata capaz de transformar artificialmente el entorno independientemente de su diseño. Podría decirse que la generación actual de edificios, relativamente reciente y concebida cuando la eficacia energética no era un problema fundamental, son los equivalentes arquitectónicos a los automóviles devoradores de gasolina que acabaron arruinando Detroit. Y este aprovechamiento de las tradiciones pasadas va unido además a la importancia de aplicar las tecnologías más avanzadas para la obtención de energía. Al diseñar contando con la naturaleza y las fuerzas naturales, sería posible alcanzar niveles de comodidad superiores con un consumo energético menor. Otro ejemplo más del mantra de conseguir más con menos. Sólo nuestra hada madrina podría predecir qué maravillas científicas aún no inventadas nos propulsarán hacia el futuro. Seguramente, la iniciativa saldrá de China, que, según muchos, se encamina, inexorable, a convertirse en una sociedad de la innovación. Mientras tanto, por ahora, las células fotovoltaicas van por delante de todas las demás opciones a la hora de obtener más por menos. Veamos una comparación basada en el uso de un metro de superficie y la energía que puede generar al cabo de un año. Si ese terreno agrícola o bosque se utiliza para cultivar biomasa, producirá el equivalente a 2 kilovatios por hora durante un año. Las turbinas eólicas pueden estropear el paisaje y la costa o dominar el perfil de la ciudad para producir un mínimo de 5 kilovatios en la ciudad y un máximo, en el mar, de 30 kilovatios por hora. En cambio, las células solares, incluso en su actual estado de desarrollo incipiente, producen hasta 172 kilovatios por hora. No es extraño, pues, que el ganador de un premio suizo para fomentar el uso de la energía solar fuera un proyecto que utilizaba una combinación de células solares y aislamiento. Esta vivienda, muy modesta, conseguía cubrir sus necesidades energéticas y tener además un excedente del 82%. En nuestro proyecto de Masdar, que estamos llevando a cabo con estudiantes en el desierto de Abu Dhabi, sabemos que el excedente energético del 60% es posible sólo gracias a la instalación solar de 10 megavatios situada junto al complejo. La iniciativa de Masdar combina una serie de audaces experimentos para trazar una vida más allá de los límites de las fuentes de energía conocidas. Intenta anticiparse a un futuro que algunos, con cierta aprensión, hemos tratado de predecir. En mi primera posibilidad de modelo de ciudad futura ideal, hablo de limitar el vehículo a una zona subterránea. ¿Pero y si el coche se convirtiera en un vehículo blando y en armonía con los peatones? Imaginemos que pudiera moverse entre nosotros y transportarnos de manera compatible por los espacios peatonales, que diera vida a esos espacios pero no fuera una amenaza contra quienes los disfrutasen. Empezamos a aproximarnos a la respuesta a mi segunda pregunta: ¿cómo adaptamos nuestras ciudades actuales para que sean más deseables y consuman menos energía? Desde luego, aprovechando lo que ya tienen de bueno. Por ejemplo, nuestro plan para la londinense Trafalgar Square, en el que se trataba de trasladar la prioridad del coche al peatón, sólo fue posible gracias a un estudio de los movimientos de tráfico de ámbito metropolitano. Londres, como otras ciudades, está restringiendo el uso de los coches convencionales y fomentando versiones más limpias, en una evolución paralela a los cambios en la industria del automóvil. La última pregunta que aún queda es la referida a mi tercera posibilidad: ¿qué hacemos con los barrios de las afueras? Es evidente que constituyen el modelo insostenible de una forma de vida consistente en continuos trayectos de coche y el correspondiente consumo de gasolina. Algunos siguen diciendo que son la clave de un futuro en expansión y a veces mencionan el área de la bahía de San Francisco, con su concentración de empresas como Apple, Google, Hewlett Packard y otras, que brotaron del catalizador presente en la zona: la Universidad de Stanford. La prosperidad de esta megarregión contrasta con la pobreza del área metropolitana de Detroit: un sector está viviendo su ocaso mientras que otro anuncia el amanecer de unas posibilidades futuras desconocidas. Recuerdo haber dicho una vez que, si uno quería ver el futuro, debía fijarse en China (ahora habría dicho también India). Con su frenético ritmo de urbanización, ¿adoptará el modelo sostenible que he defendido? ¿O seguirá un modelo ya obsoleto de megalópolis dependiente del coche, un lugar en el que, en términos humanistas, "no existe un ahí"? Para no quedarnos sólo con lo positivo, imaginemos que Oriente, en pleno progreso, no aprende algunas de las lecciones de Occidente. Recuerdo como eran Shanghái y Pekín, dominadas por la bicicleta, e intento conciliar esa imagen con la predicción más negativa. China, hoy el mayor mercado de coches nuevos, tiene el honor de haber sufrido el mayor atasco de tráfico de todos los tiempos. Se calcula que 10.000 camiones estuvieron prácticamente detenidos durante 11 días en una distancia de 90 kilómetros. ¿Es un presagio de lo que nos espera? Creo que la realidad será otra. China es el país del mundo que más invierte en ferrocarril de alta velocidad, un auténtico renacimiento del tren. Espero que aprenda de Occidente, de sus fracasos tanto como de sus éxitos. Esto nos deja una última pregunta, sobre el destino de los barrios de las afueras y su dependencia total del coche. Con la tecnología existente ya hoy, que permite saber a cada conductor cómo ir de un sitio a otro con una pequeña pantalla, no queda mucho para que los movimientos de los vehículos se regulen como se regula el tráfico aéreo. Antiguamente, los aviones eran libres de moverse por el cielo a voluntad. Por razones de seguridad y gracias a los avances de la tecnología, surgieron leyes que controlan la circulación de los aparatos y las distancias de separación adecuadas, y todos los pilotos supeditan sus decisiones a las de una autoridad superior. Es un paso relativamente pequeño que los coches adopten ese mismo modelo y sus conductores se subordinen a un régimen que controle más las velocidades y las trayectorias. En esa situación, la red de carreteras actual podría duplicarse o triplicarse y los accidentes prácticamente desaparecerían. Los conductores, liberados de tener que controlar la navegación, la velocidad y la separación de otros vehículos, podrían disfrutar de un trayecto sin tensiones. En una ocasión dije que los historiadores futuros quizá estudien nuestra época y se pregunten cómo tolerábamos nuestro tráfico actual, del mismo modo que nos preguntamos cómo toleraban las ciudades antiguas tener unas calles que eran alcantarillas al aire libre. Si lo que digo parece inverosímil, recuerden que Google ha hecho grandes inversiones en tecnología de coches robot. En las pruebas realizadas, siete coches circularon 1.500 kilómetros y se movieron por ciudades sin intervención de seres humanos. En esas mismas pruebas, los coches recorrieron en total más de 200.000 kilómetros con una intervención humana ocasional. En la iniciativa de Masdar que he mencionado, existe ya una pequeña flota de coches no pilotados que se mueven por debajo de los peatones. Será interesante ver si estas nuevas tecnologías desembocan en una reinvención de las zonas suburbanas que vaya paralela al ascenso de la ciudad. En todos estos debates, ¿qué futuro tiene el arquitecto? Aislado, el arquitecto no tiene más poder que el de tratar de convencer. Si embargo, a diferencia de otras profesiones especializadas, el arquitecto puede tener una visión más integral y puede desempeñar un papel más crucial dentro de los equipos multidisciplinares que se necesitarán para abordar estos temas en el futuro. ¿Será posible que esos equipos salten a primer plano y evolucionen a través de una colaboración entre el sector privado y los políticos en forma de unas consultorías de nuevo tipo que no existen en la actualidad? ¿Es posible que esas consultorías se desarrollen a partir del mundo de la arquitectura, o saldrán de la ingeniería? Yo tengo mi propia opinión al respecto, pero eso será tema de otro artículo. En cualquier caso, es un desafío apasionante. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia. Norman Foster (Manchester, 1935, premio Príncipe de Asturias de las Artes 2009) ha recopilado su obra en el libro Norman Foster. Drawings 1958-2008 (Ivorypress Architecture, 2010). http://www.elpais.com/articulo/portada/futuro/arquitectura/elpepuculbab/20110122elpbabpor_14/Tes "Cuando la oferta aumenta, la calidad de los proyectos pasa a ser importante"
CASAS DE AUTOR | Dosmasuno Arquitectos Forman parte de esa hornada de arquitectos criados al abrigo de la explosión inmobiliaria, del 'baby' boom de los 70, de aulas universitarias atestadas, del influjo de los maestros locales -Moneo, Lamela, Campo Baeza, Rubio, Calatrava...- a los que tanto deben, pero de los que tanto hay que 'desapredender cómo se deshacen las cosas'. Pero, sobre todo, son hijos de la nueva arquitectura global, en la que las buenas ideas y el talento fluyen por todo el mundo. Gracias a esa internacionalización del gremio existe Dosmasuno, la suma de dos compañeros de pupitre, Néstor Montenegro e Ignacio Borrego, y la colombiana Lina Toro. Los tres han tenido ocasión trabajar fuera de España, en Europa, y conocen y admiran la escuela holandesa, una de las mecas de la Arquitectura actual. La firma de Borrego está asociada al Edificio Mirador, la mole agujereada de colores que corona el PAU de Sanchinarro de Madrid, un proyecto en el que participó durante su etapa en el estudio MVRDV. Rozan los 35 años pero los tres se pasean ya por las tarimas académicas, de la asignatura de Proyectos -la que más sentimientos bipolares genera entre el alumnado- de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM), aleccionando a la cantera. Muchos de sus alumnos se quedarán en el camino pues, hoy por hoy, el mercado no genera tanto trabajo. "Una cosa es construir pisos y otra hacer arquitectura", afirma Borrego. Cuando se vendía todo lo que se construía el diseño se resentía. En este momento "la calidad de los proyectos pasa a ser importante. Cuando hay exceso de oferta, el gusto cobra valor", añade. "Una vivienda bien diseñada es un espacio privado que no pierde el contacto con el exterior", una de definición que dejaría fuera los minipisos, los bajos interiores, los trasteros con cédula de habitabilidad... También cree que se pueden hacer viviendas baratas y bien diseñadas, como la Casa Syntes de Pinto, donde el coste del proyecto -sin contar el suelo- ronda los 975 euros por metro. Porque "la crisis ha detenido la producción, no el pensamiento", apunta Montenegro, y esto último es lo que determinará la supervivencia de los estudios que se baten el cobre hoy en día. La casa Syntes El punto de partida de la Casa Syntes no podía ser más abierto, una parcela de 8x30 metros, aislada, en un solar urbanizado al norte de Pinto (Madrid), en el que, crisis mediante,pasarán años hasta que se cubran todos los huecos. "Por eso las bases constructivas no estaban definidas", explica Lina Toro, y ser los primeros "nos daba la opción de inventar algo diferente" y, quizas, "haber marcado el nivel estético del vecindario", algo que no ha sucedido, pues a escasas parcelas de distancia los chalets que crecen son de lo más convencionales. La Casa Syntes es un adosado sin piscina, sin garaje y sin buhardillas, con un diseño original y asequible, con un coste de construcción de en torno a 975 euros por metro cuadrado, al que hay que añadir el precio del suelo, 1.200 euros/m. más. La Casa Syntes es un adosado sin piscina, ni garaje, ni buhardillas, con un diseño original y un coste de construcción de 975 euros/m2La fase creativa del proyecto únicamente partía de las premisas de privacidad y aprovechamiento del espacio de manera diferente. En una primer momento, la casa se planteó cubierta por un cableado metálico con cierta ondulación -paralela a la forma de las terrazas- que hubiera permitido recubrirla con una enredadera y salvar mejor los meses de verano. La idea fue desechada por el mantenimiento que requería y al final se optó por dejar las terrazas al descubierto. Toro destaca el "diálogo entre exteriores e interiores", las diagonales y la separación tan clara de los espacios, a pesar de las restricciones reales: el aparcamiento y el retranqueo obligatorio de dos metros que dictaba la normativa municipal. Así, el diseño definitivo es la suma de los deseos de privacidad de los promotores y el ingenio de los arquitectos, que juegan con los límites de esa normativa. Las vallas de la finca, por ejemplo, que debían ser de dos metros, quedan a más de tres desde el interior, ya que "decidimos bajar 90 centímetros sobre la línea de rasante para proteger la casa del calor y ofrecer más privacidad". "Nos obligaban a construir dos plazas de coche, pero decidimos prescindir del garaje convencional y despejar el acceso a la casa", explica Lina Toro. En caso de optar por la opción común, lo estrecho de la finca hubiera obligado a atravesar el garaje para llegar al salón y al resto de las estancias", añade Borrego."Eso implicaba atravesar el garaje para llegar al salón". De hecho, debajo de esa entrada que enseguida se eleva queda un estudio con vistas a un patio interior que simula con un techo reclinado que simula una buhardilla. El derecho a tener una vivienda digna tendrá en la futura Ley de Vivienda del País Vasco una importancia vital. Los ciudadanos con dificultades económicas y con cuatro años de antigüedad en las listas de Etxebide no sólo podrán ejercerlo sino que además podrán reclamar su cumplimiento en los tribunales. Esta es una de las principales novedades que aporta la nueva normativa cuyo borrador ha presentado hoy el consejero de Vivienda, Obras Públicas y Transportes, Iñaki Arriola.
El primer año serán las familias de tres o más miembros y con ingresos menores a 15.000 euros las que puedan ir a juicio a reclamar un piso o en su defecto, una ayuda para poder acceder al mercado libre. A partir del segundo año de la entrada en vigor de la ley ese derecho se ampliará a las familias de dos miembros y menos de 12.000 euros de ingresos y ya el tercer año se incorporan a esta lista las familias de un miembro y que gane menos de 9.000 euros. "Esta es una ley que nos afecta a todos, a los que tienen vivienda y a los que no. Desarrolla el derecho a la vivienda recogido en la Constitución y pone en orden una amplia y dispersa normativa. Será pionera en el Estado porque es la primera ley autonómica que recoge el derecho subjetivo a la vivienda. Esta es nuestra propuesta pero estamos dispuestos a escuchar y por eso empezamos hoy un proceso participativo en Etxebide, Irekia y las redes sociales Facebook y Twitter", ha indicado Arriola. El Gobierno vasco quiere además reducir al mínimo el número de viviendas deshabitadas durante más de dos años y por ello la nueva normativa plantea imponer un canon de 10 euros por metro cuadrado útil al propietario que no alegue razones de peso, aunque el objetivo final será el del alquiler forzoso. Y no serán las únicas sanciones. Los adjudicatarios de una VPO que dupliquen durante tres años consecutivos los ingresos máximos se quedarán sin su vivienda. La rehabilitación es una de las principales apuestas del Ejecutivo autonómico y también se nota en el anteproyecto de ley ya que los propietarios que no conserven sus edificios en buenas condiciones habrán cometido una infracción muy grave y serán sancionados por ello. Además, las comunidades de vecinos podrán sacar adelante proyectos que estaban bloqueados por algún residente porque sólo será necesario que la mitad esté de acuerdo para que puedan llevar a cabo la reforma. La ley podría ser aprobada a mediados de 2012 tras ser debatida en el Parlamento Vasco. http://www.elmundo.es/elmundo/2011/01/21/paisvasco/1295604026.html La crisis del 'ladrillo' en España se prolongará aún durante 2011, cuando los precios de la vivienda podrían registrar caídas de entre el 10% y el 15%, lo que convierte al mercado inmobiliario español en el menos atractivo de Europa junto al de Irlanda, según estima la agencia de calificación crediticia Fitch Ratings.
La calificadora de riesgos justifica sus pronósticos en el impacto sobre los precios del exceso de 'stock' y el creciente número de viviendas procedentes de embargos puestas a la venta por los bancos. Asimismo, la agencia completa el cóctel de factores detonantes de la caída de precios con el efecto del elevado desempleo y las previsiones de una débil recuperación económica, así como las medidas de austeridad adoptadas por el Gobierno y la falta de confianza. Por otro lado, Fitch destaca la división existente en el Viejo Continente entre las economías del Norte y el Sur de Europa, donde augura un débil crecimento para España en 2011, con una expansión del PIB de apenas el 0,5%, lo que mantendrá elevado el nivel de desempleo. http://www.elmundo.es/elmundo/2011/01/21/suvivienda/1295605414.html Otra polémica más salpica a la Sociedad Pública de Alquiler (SPA), organismo dependiente del Ministerio de Fomento. La Sociedad ha decidido "redefinir" unilateralmente sus contratos con los propietarios cuyas viviendas permanecían desocupadas, suprimiendo el punto donde se les aseguraba el cobro de las rentas. Una decisión ilegal, según fuentes jurídicas consultadas por SU VIVIENDA; y legal, según la SPA, que la justifica apuntando que era un incentivo sin efectos y contrario a la reducción de déficit abanderada por el Ejecutivo. Los afectados han creado ya su propio grupo de Facebook 'Afectados Sociedad Pública de Alquiler' ( afectadospa@groups.facebook.com).
Esta alteración del contrato llega casi dos años después de que la SPA abogara por dejar de ofrecer este estímulo a los arrendadores. En marzo de 2009 alegó que era "un gasto que no se podía mantener" y cambió el concepto de 'Alquiler Garantizado' por el de 'Alquiler con Garantías'. La nueva denominación traía consigo el adiós del pago del alquiler de pisos sin inquilinos, uno de los principales atractivos que ofrecía la SPA desde su nacimiento. Por aquel entonces, desde el extintoMinisterio de Vivienda dirigido por Beatriz Corredor, se incidió en que los propietarios que sellaron el 'Alquiler Garantizado' seguirían disfrutando de esta cobertura. Ahora, bajo la batuta del Fomento y de José Blanco, se opta por cambiar de criterio y convertir todos los contratos en 'Alquiler con Garantías' con la consiguiente pérdida del derecho a cobro de las rentas de pisos desocupados. 200 afectadosJorge, propietario de un piso que confió a la SPA en marzo de 2006 es uno de los 9.401 caseros que firmaron el Alquiler Garantizado. "Han roto un contrato y esto es totalmente ilegal, ya que en el documento firmado no hay ninguna cláusula que lo permita", afirma, recordando que fue precisamente la ventaja del pago del arrendamiento, aunque el inmueble estuviera vacío, lo que le motivó a llevar su casa a la SPA. Corroborando sus palagras, se puede leer en el "contrato de intermediación y de gestión de vivienda para su arrendamiento" [Pdf:Descárguelo aquí] sellado por Jorge en 2006, en el apartado 8, "en los periodos de desocupación la Sociedad garantiza el percibo por el propietario/a de la cantidad convenida". En este sentido, en la "Tercera Estipulación" se indica: "El presente contrato comenzará a surtir efectos desde la fecha de entrada en vigor del contrato de arrendamiento y tendrá una duración de cinco años, prorrogables por voluntad de las partes y en los términos que pacte, o, en su defecto, hasta que la Sociedad Pública de Alquiler SA se disuelva". A falta de cuatro meses para cumplir los cinco años con la Sociedad, Jorge ha visto como el incentivo le ha sido derogado informándole primero a través de un buroSMS [Pdf:Descárguelo aquí] -que nunca le llegó- y, después, por burofax. "El 22 de diciembre recibí copia del nuevo contrato por burofax. No entendía nada. Resulta que el día dos me habían enviado la chapucilla del SMS, que nunca recibí porque lo mandaron a otro teléfono, donde me informaban sobre la "redefinición" del contrato al de Alquiler con Garantías si no decía lo contrario en siete días". Evidentemente, al no recibir el mensaje, no contestó y le llegó la posterior carta de Fomento [Pdf: Descárguela aquí] informándole de la modificación de su contrato. "Todo esto me parece una tomadura de pelo", declara Jorge, que ha respondido con una reclamación formal al Servicio Jurídico de la SPA donde le insta a "que cumpla con sus obligaciones determinadas por contrato". Además, este propietario recuerda que al ponerse en contacto con la SPA le ofrecieron el pago de dos de los cuatro meses que le quedarían de cobrar si firmaba el nuevo contrato y daba por zanjado el asunto. Una oferta que él mismo define como "todo un chantaje". Jorge, que está dispuesto a llegar hasta el final ante lo que considera "una situación de flagrante incumplimiento de contrato", ha dado un plazo improrrogable de 15 días para que la SPA anule la resolución unilateral del contrato y se ponga en contacto con él para solucionar amistosamente este contencioso. "En caso contrario, me veré obligado a recurrir a la vía judicial para ver resarcidos los derechos que me asisten", asegura. En la misma situación que Jorge se encuentran 200 propietarios, según los datos facilitados por la SPA a este suplemento, de los que, según la misma fuente, el 86% se ha mostrado dispuesto a estudiar el nuevo contrato. "La mayoría se conforma con lo ofrecido, ya que para hacer una demanda en firme se necesita abogado y procurador y estos servicios conllevan un gasto superior al dinero que se puede cobrar por las rentas adeudadas", apunta el afectado. La SPA se defiende: Esto es legal y es tiempo de ajustesUna lectura muy diferente hace la SPA, desde donde se minimiza el efecto de este estímulo en los dueños de viviendas y se alude al momento de ajustes que vive la Administración. "Tras hacer un estudio entre los propietarios, se concluyó que su gran preocupación era la de tener cubiertos posibles destrozos e impagos. Incidencias por las que sigue respondiendo la Sociedad. La cobertura de pagar las rentas de pisos desocupados no hacía falta y así lo han demostrado las estadísticas que, desde su supresión en 2009, no han parado de crecer", indican fuentes del organismo. Desde la Sociedad se confirma que"si el propietario dice 'no' al nuevo contrato de 'Alquiler con Garantías', con el que continúa gestionando el alquiler integral de la vivienda, el anterior documento firmado se rescinde unilateralmente. Cuando se ofrecía el 'Alquiler Garantizado' eran otros tiempos con otras necesidades. En el actual momento de austeridad, el dinero público se tiene que emplear con justicia y pagar el arrendamiento de las viviendas SPA desocupadas no responde a la línea marcada por el Ejecutivo para recortar el déficit". Independientemente de los motivos que han movido a sus responsables a adoptar esta medida, la entidad dice ampararse en la ley: "La SPA está actuando en el marco de la legalidad en todo momento y sólo está haciendo uso de una facultad que viene prevista en la ley. Rescinde el contrato ofreciendo uno distinto como alternativa basándose en la imposibilidad sobrevenida de llevar a cabo su obligación: alquilar la vivienda". Trujillo, 'madre' del incentivo derogado, sale en su defensaSU VIVIENDA también ha abordado este cambio en los contratos de la SPA con su creadora en 2005, la ex ministra de Vivienda María Antonia Trujillo, que pone en duda que el incentivo de pagar las rentas de pisos desocupados fuera un atractivo secundario para los propietarios, como indican ahora desde la SPA. "Este estímulo sirvió para que los propietarios sacaran al mercado sus viviendas. Se les garantizaban las rentas durante cinco años y esto era un distinto más de calidad en la oferta de la SPA". La ex ministra va incluso más allá de esta modificación en los contratos de la SPA y critica que el "objetivo original del organismo se ha desvirtuado". "Actualmente, la Sociedad se utiliza para una finalidad para lo que no estaba prevista. No se creó como un agente de la propiedad para arrendar casas de terceros (bancos y promotores), sino para fomentar el alquiler y no solucionar la papeleta a empresa privadas", denuncia Trujillo, que prefiere no opinar por falta de información sobre la legalidad o no de la "redefinición" unilateral de los contratos con los propietarios. Cuatrecasas: 'No cabe redefinición unilateral del contrato'Jorge Capell, abogado Cuatrecasas, apunta en dirección contraria: "No cabe redefinición unilateral del contrato. Éste debe cumplirse en sus términos salvo que sea modificado por acuerdo entre ambas partes. Los afectados pueden exigirle judicialmente a la SPA su cumplimiento con el resarcimiento de daños correspondiente". De este modo, Capell informa de queel primer paso a dar por los afectados sería el de enviar un burofax rechazando el contenido del buroSMS remitido por el Servicio Jurídico de la SPA y exigir el cumplimiento del contrato. "De no resolverse la situación, los propietarios tendrían que plantear una demanda civil contra la SPA -proceso que podría alargarse hasta 36 meses-", aclara. En su opinión, los propietarios tienen muchas más probabilidades de ganar ya que "la SPA parece querer ampararse en la teoría 'rebus sic stantibus' (traducido al latín: "estando así las cosas"), que únicamente se acepta en casos muy excepcionales". http://www.elmundo.es/elmundo/2011/01/20/suvivienda/1295547681.html Dos cooperativas de viviendas de UGT y CC OO anuncian para este año el inicio de la construcción de 92 viviendas unifamiliares de protección oficial en terrenos del llamado PERI (Plan Especial de Reforma Interior) de Rabasa, con lo que esta promoción se va a convertir en una de las más importantes de 2011, dada la práctica paralización del sector en la ciudad.
Los terrenos para estas viviendas están situados en sendas parcelas próximas al colegio público número 54, y por lo tanto no forman parte del plan parcial de Rabasa , cuyas obras aún se retrasarán bastantes meses. Las cooperativas de UGT y CC OO construirán 46 viviendas cada una, de las 336 previstas en este PERI. UGT prevé iniciar las obras en julio y CC OO en septiembre, siempre que el Ayuntamiento cumpla con los trámites de aprobación de la reparcelación. En cuanto a al entrega de llaves, se calcula para marzo de 2013. Por lo que respecta a los precios, rondarán los 168.000 euros sin incluir el IVA. En las próximas semanas ambas cooperativas sindicales anuncian la apertura de la reserva de pisos de entre la lista establecida al respecto, que se abrirá a más peticiones si no se completa la venta. UGT establece un pago inicial de 6.000 euros más el IVA, y CC OO de 3.000 para la reserva de la vivienda. Ambas cooperativas señalan que las calidades serán superiores a las de VPO, tendrán 90 metros útiles, garaje, trastero y jardín. CC OO precisa que incluso tendrán instalado el aparato del aire acondicionado. Ayer se inauguraron las obras de urbanización de esta zona del barrio después de un año tortuoso en el que los problemas entre el Instituto Valenciano de Vivienda (IVVSA) y la urbanizadora (VÍAS) han mantenido los trabajos paralizados en varias ocasiones. Aunque con retraso, los viales pudieron comenzar a utilizarse en la mañana de ayer. La superficie urbanizada abarca 135.000 metros cuadrados, en los que se levantarán 417 viviendas, de las que 336 serán de protección oficial. Además de las zonas verdes, se han reservado 3.258 metros cuadrados para un centro comercial. http://www.diarioinformacion.com/alicante/2011/01/22/cc-oo-ugt-edificaran-92-vpo-rabasa-regimen-cooperativa/1086954.html El Consell hará una inspección integral del barrio de José Antonio y reparará las deficiencias1/21/2011 El Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA) ampliará las inspecciones técnicas a todos los edificios de su propiedad en el barrio de José Antonio y reparará las deficiencias más urgentes. Así se comprometió ayer el gerente de este organismo dependiente de la Generalitat, Javier Sogorb, quien indicó que con todos los informes en la mano se decidirá si a medio plazo es necesaria una rehabilitación integral del barrio. "Por el momento, actuaremos en lo más urgente", puntualizó Sogorb.
Sobre el expediente sancionador que le abrió recientemente el Ayuntamiento de Alicante por el mal estado de tres bloques de viviendas del barrio, el gerente del IVVSA confirmó que la sanción se les había retirado porque ya han comenzado los trabajos para reparar las deficiencias en uno de ellos, donde la semana pasada se desplomó el techo de una vivienda, y se está ejecutando la inspección técnica de los otros dos edificios. Esas inspecciones serán las que se ampliarán al resto de los bloques del barrio para determinar su estado. La intención del IVVSA es acometer en cada edificio las obras puntuales que los técnicos determinen urgentes para garantizar la seguridad de los inquilinos. Después, desde el Instituto de la Vivienda analizarán los informes para determinar si es necesario llevar a cabo una actuación integral en el barrio y, en ese caso, decidir si se opta por una rehabilitación completa de los bloques o por derribarlos y reconstruirlos, como indicaron fuentes de este organismo. La decisión dependerá de lo que revelen las inspecciones que se lleven a cabo en los inmuebles, pero a simple vista, parece necesaria una intervención global dado el deterioro y la antigüedad de muchos bloques. El nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) -pendiente de la aprobación definitiva por parte de la Generalitat- da protección ambiental a este barrio de los años 50, pero en su última aprobación recoge la alegación que presentó el IVVSA para que permitiera el derribo o la rehabilitación de los pisos. De esta forma, el nuevo planeamiento reconoce el mal estado de las construcciones y, por tanto, permite que se sustituyan los edificios por otros siempre que se mantengan las mismas dimensiones, plantas y se les de un acabado similar al actual. Los edificios construidos hace más de 50 años y alquilados por el IVVSA a familias con pocos recursos económicos muestran numerosas deficiencias, sobre todo derivadas de las humedades, goteras y grietas. Uno de los bloques más deteriorados es el de la calle Rubén Darío número 2. El Ayuntamiento obligó al IVVSA a reparar las importantes deficiencias detectadas por la inspección técnica a la que se sometió el inmueble con anterioridad, pero desde el organismo de pendiente del Consell no atendieron a las exigencias municipales, por lo que se le abrió un expediente sancionador de 13.000 euros que, finalmente, se le retiró al comprometerse a iniciar las obras de inmediato. Las actuaciones comenzaron después de que el techo de la cocina de una de las casas se viniera abajo por las humedades hace una semana. Los cascotes estuvieron a punto de lesionar a María Dolores Ruiz, que se estaba preparando el desayuno cuando se desplomó el techo. Esta vecina confirma que los obreros ya han reforzado la estructura del techo y las paredes de la cocina y el baño, las más afectadas por las humedades. "Estoy más tranquila", señala esta vecina, quien temía que en cualquier momento la casa se le pudiera venir encima. |
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