La tecnología textil al servicio de nuestras viviendas

Los toldos llevan muchos años dando sombra de forma eficaz en nuestras terrazas y jardines, pero hoy, además, a los toldos les pedimos control y protección. Control sobre el confort térmico y luminoso y protección frente a la radiación solar y los temidos rayos UV.

Los tejidos Soltis de Serge Ferrari nos permiten predecir y controlar la reducción térmica, así como protegernos de las radiaciones más agresivas, sin perder un agradable confort lumínico.
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Los estores interiores o exteriores, también denominados cortinas enrollables o toldos verticales, respectivamente, son muy habituales, además de en oficinas, escuelas u hospitales, en las estancias de nuestras casas, De su ubicación, de su color y, lo más importante, de una correcta elevación del tejido, depende que consigamos el grado de confort térmico y luminoso deseado, que evitemos los molestos deslumbramientos y que consigamos una buena privacidad diurna sin prescindir de visibilidad al exterior.

Otra alternativa son las pérgolas fijas y las palillerías (o toldos palilleros) que pueden adoptar las formas más variopintas y completar su diseño con espectaculares trabajos de forja.

​En el caso de las velas de sombra, encontramos que no solo cubren las necesidades térmicas y luminosas, sino que, además, son llamativas soluciones que preservan la estética del jardín e incluso la realzan y, por su particular diseño y geometría, dan lugar a un gran abanico de posibilidades.

​En cualquiera de los casos, si queremos amortizar nuestra inversión con una solución duradera a lo largo de los años, y que nos aporte las prestaciones deseadas, es muy importante dedicar algo de tiempo a decidir qué tejido formará parte de nuestra aplicación de protección solar y cuál será el coste a medio-largo plazo si nos dejamos llevar por ofertas ‘low cost’.
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Los tejidos dotados de tecnología Précontraint nos garantizarán estabilidad dimensional, con alta resistencia a la tracción, al alargamiento y al desgarro. Esta característica es imprescindible en soluciones tensadas, como toldos, velas o pérgolas, para evitar deformaciones. No obstante, también es relevante en soluciones no tensadas, como estores, para evitar que el tejido forme el desagradable efecto ‘teja’. Igualmente evitaremos que, debido a un enganchón accidental, el tejido se desgarre por efecto del viento o el agua embolsada.

Esta tecnología de fabricación también aumentará las propiedades aportadas por el recubrimiento. Importante mencionar, entre otros, el tratamiento fungiástico, que nos permite enrollar el tejido aun estando mojado sin correr el riesgo de que aparezcan los poco recomendables ronchones debidos a los hongos, y la solidez de color, para no encontrarnos con una decoloración indeseada en un corto espacio de tiempo.

Añadido a todo esto, encontraremos tejidos extremadamente planos que no solo evitan que la suciedad se incruste, permitiendo alargar los periodos de mantenimiento, sino que resultan muy fáciles de limpiar, en la mayor parte de los casos con un paño húmedo y jabón neutro o, para suciedad más agresiva, con detergente específico para este tipo de tejidos.

Por último, y no menos importante, es vital que elijamos un tejido que nos garantice una buena calidad del aire interior si decidimos instalar la solución dentro de nuestra vivienda, no solo para garantizar la ausencia de malos olores, sino para evitar respirar sustancias no saludables para nuestro organismo.
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