Invertir en vivienda a través de internet y desde 500 euros. El ‘crowdfunding inmobiliario’ está comenzando a despegar en España y actualmente hay al menos tres proyectos en funcionamiento que ofrecen atractivas rentabilidades –muy por encima de los que ofrecen la mayoría de los productos bancarios– a quienes ayuden a financiar la construcción de edificios y viviendas unifamiliares.
Housers.es ha sido la última plataforma en apostar por esta novedosa fórmula importada del mundo de las ‘start-up’ y sectores como a tecnología, el ocio o la cultura. A través de ella cualquiera puede permite invertir en la compra de viviendas a partir de 500 euros. La compañía pretende captar nada menos que 300 millones de euros en los próximos tres años para hacerse con una cartera de 1.500 viviendas, locales comerciales y naves industriales. Sus creadores aseguran que han adaptado sus sistemas para poner los límites de inversión que indica la nueva legislación sobre crowdfunding aprobada por el Gobierno: así los inversores no acreditados tienen un límite de 3.000 euros por proyecto y un máximo de 10.000 euros invertidos en un periodo de 12 meses en la plataforma, mientras que los inversores acreditados no tienen límites. Además, aseguran que se trata de un producto de bajo riesgo debido a que la plataforma facilita la diversificación de su inversión en diferentes viviendas. “De este modo, los riesgos se minimizan, frente a la fórmula tradicional donde se invierte gran cantidad de capital en un mismo inmueble. Así por ejemplo, se puede elegir entreinvertir todo en un solo proyecto o en pequeñas inversiones en proyectos distintos”, explican. Un futuro prometedor Se calcula que el mercado del ‘crowdfunding’ en España alcance más de 250 millones de euros en 2016, de los cuales el 15% se destinará a proyectos inmobiliarios. De hecho, Housers no es la única plataforma que está buscando activamente inversores. Hay al menos dos plataformas más dedicadas a la inversión inmobiliaria a través de internet. The Crowd Estates acaba de lanzar una campaña para la construcción de tres viviendas unifamiliares con piscina privada “a solo 140 metros de una de las calas más bonitas de Costa Brava, Cala Montgo en L’Escala”. La inversión mínima para participar en este proyecto es de 3.000 euros. Por otro lado, InvesReal apuesta por la captación de pequeños inversores a través de un ‘ticket’ de 520 euros para la compra, reforma y posterior venta de pisos en zonas residenciales ‘prime’ de Madrid y Barcelona. A cambio ofrece una rentabilidad de hasta el 15%, una cifra que según los expertos implica un riesgo moderadamente elevado de la inversión. https://www.idealista.com/news/inmobiliario/vivienda/2015/07/23/738527-el-crowdfunding-inmobiliario-despega-en-espana-ya-hay-al-menos-tres-plataformas-para
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Pones 50 euros, haces clic y ya eres ‘propietario’ de un piso. Al menos eso pone en los contratos de compraventa de las viviendas que se han adquirido a través de la plataforma de crowdfunding inmobiliario Housers, que se dedica a recaudar dinero de inversores anónimos para comprar inmuebles en el centro de las ciudades, a cambio de una determinada rentabilidad variable en función del activo. ¿Así de sencillo? Bueno, no tanto. Veamos cómo funciona.
Según sus fundadores, Tono Brusola y Álvaro Luna, Housers nació para “democratizar la inversión inmobiliaria y que todo el mundo tuviera acceso a tener un patrimonio”. Brusola es el CEO de la firma y el que aporta el conocimiento del mundo tecnológico, mientras que Luna es el experto en el mercado inmobiliario. En poco más de un año ya han conseguido captar 20.000 usuarios y unos 10.000 inversores, pese a no contar todavía con la autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que es el organismo que audita y da luz verde a este tipo de actividades. Y, aunque es indudable que el incipiente mercado de la financiación colaborativa ha aportado un soplo de aire fresco al mercado de la vivienda –que tras la crisis vivía casi única y exclusivamente de las operaciones realizadas por grandes inversores–, es importante conocer que como toda inversión tiene sus riesgos. Aunque cualquiera puede invertir en el mercado inmobiliario a través del crowdfunding, no todo el mundo debería hacerlo: es importante tener unos mínimos conocimientos económicos y del sector inmobiliario para valorar correctamente en qué activos meter el dinero y así evitar desagradables sorpresas. De hecho, si algún proyecto no funciona según lo esperado, son los propios inversores los que asumen el riesgo y la pérdida económica. Esta posibilidad está registrada en los términos y condiciones que tienen que firmar al incorporarse a Housers, según explica Luna a idealista/news. “La gran diferencia de Housers con otras plataformas es que hay sociedades limitadas detrás”, señala Luna. Es decir, que detrás de cada compra de un activo inmobiliario hay una sociedad limitada, lo que significa que el inversor que decide invertir 50 euros en un inmueble, compra una participación social de la sociedad limitada. En definitiva, el inversor particular se convierte en dueño en su parte proporcional de la sociedad y ésta es, a su vez, dueña del inmueble. Es más, en el área privada del usuario se cuelga el contrato de compraventa del inmueble donde aparece en la parte alícuota el nombre del inversor. Y puede ser propietario de una sociedad o de varias. Todo depende de cómo quiera repartir su dinero: puede invertir en una vivienda o en varias. Es él mismo el que invierte de forma activa a través de la web de Housers. De tal modo que los inmuebles no se pueden enajenar, ni vender o hipotecar si no se tiene mayoría de dos tercios de los votos correspondientes a las participaciones en que se divida el capital social en la Junta General de los socios. “Es un sistema muy rígido y seguro para los inversores”, asegura Álvaro Luna. Housers tampoco tiene el dinero de los inversores en su poder, sino que lo gestiona una entidad de pagos, Lemon Way, que funciona como un PayPal. La cuenta corriente del inversor se abre a través de Lemon Way, que es la empresa que estudia, valida la cuenta como si se abriera en una entidad financiera y aplica la normativa contra el blanqueo de capitales. Esta plataforma es luego la encargada de repartir las ganancias a los inversores. Así que el papel de Housers es el de un gestor. Identifican los inmuebles que consideran son oportunidades y cobran sobre el beneficio obtenido: un 10% sobre el dividendo neto. De momento, el portfolio de la compañía está lleno de viviendas y algunos locales, pero su objetivo es diversificar y tener también oficinas. También hay un solar en el centro de Madrid para levantar viviendas Qué valoran en un inmueble a la hora de seleccionarlo Actualmente la firma cuenta con 55 inmuebles que consideran “oportunidades”. Si buscan inmuebles para poner en alquiler, entonces seleccionan aquellos en los que sea sencillo encontrar un inquilino y que estén situados en una zona con mucha demanda de alquiler, esto es, en el centro de las ciudades. “Si se busca un inmueble para vender, los criterios son los mismos, procuramos que el inversor pueda diversificar una cartera y tenga de todo, así que miramos oportunidades tanto de alquiler como de venta”, añade Álvaro Luna. En su cartera de inmuebles hay un solar en el centro de Madrid para levantar viviendas. El importe no supera los 5 millones de euros, que es el límite máximo que fija la CNMV por proyecto. En este caso el inversor se convierte en copromotor, así que asume todos los derechos y obligaciones de un promotor tradicional. Cada proyecto (o sociedad limitada) cuenta con un fondo de maniobra sobre el monto total recaudado de entre un 3%-4% que responde a imprevistos. Los inmuebles seleccionados se publican en la plataforma durante un máximo de 15-20 días. Si al cabo de este tiempo, no se recauda el importe de la operación de compra, entonces el dinero obtenido se devuelve a los inversores. ¿Qué rentabilidades medias se obtienen y cómo se tributa? Housers asegura que no ofrece rentabilidades, sino que sólo estiman, pues son meros gestores. “Hacemos un estudio de mercado y son los inversores los que deciden invertir o no”, así que no facilitan rentabilidades medias. En cada inmueble se obtiene una rentabilidad neta (que puede ser del 3%) y luego además Housers ofrece información sobre la plusvalía que el inversor podría obtener en caso de venta del activo y en función de la inversión hecha. Lo que sí cifran es la rentabilidad bruta acumulada durante la vida de la inversión que suele ser de unos cinco años: en alrededor de un 70%. En cuanto a la tributación, son dividendos lo que obtienen los inversores así que para Hacienda son rendimientos de capital inmobiliario y tributan por el IRPF. ¿De qué manera se compran los activos? Housers al ser una gestora tampoco realiza la compra del inmueble. Quien la hace es el constructor, promotor o la empresa que haga la reforma del activo. A veces también trabajan con inmobiliarias que ceden a Housers la exclusividad. El objetivo es que todo proyecto esté suficientemente atado para que no se pueda comercializar a terceros en los 15-20 días que se tarda en recaudar el importe de la operación. ¿Cuál es el perfil del inversor tipo? Está por un lado el inversor profesional que ya ha invertido en bolsa o en productos financieros. Y, por otro lado, está el inversor que no entiende de inversión pero que conoce el mercado inmobiliario. “A esa gente que quiere invertir en inmobiliario pero que no tiene capital suficiente para hacerlo, le damos la posibilidad de que invierta con una inversión mínima de 50 euros”, asegura Luna. La inversión media está en 800 euros. La inversión diaria de la compañía ha pasado de 300 euros al mes en julio de 2015 (cuando arrancó la firma) a una inversión de 80.000 euros diarios en un año. ¿Cuál es el perfil del inquilino en las viviendas compradas por los inversores? El perfil es el del profesional, no el de familias. Solemos buscar viviendas céntricas y en buenas ubicaciones que respondan a las demandas de profesionales españoles o que vengan desplazados de otros países. “De la comercialización se encargan las inmobiliarias pues aún no nos encargamos nosotros de ello, pero está contemplado dentro del ‘business plan’”, comenta Luna. ¿Qué pasa si un inquilino deja de pagar? Si un inquilino deja de pagar la compañía de crowdfunding tiene previsto un colchón financiero para cubrir 4 meses de rentas en cada inmueble. Por otro lado, exige dos meses de fianza por adelantado a todos los inquilinos. Además, un inquilino cuando deja de pagar se procede de manera legal con todos los mecanismos para desahuciarle. https://www.idealista.com/news/inmobiliario/vivienda/2016/09/26/743681-ser-propietario-de-una-casa-desde-50-euros-asi-funciona-la-plataforma-de Tener un sueldo de mil euros al mes y ser inversor inmobiliario ya no está reñido. Las nuevas tecnologías y el llamado crowdfunding –anglicismo que se refiere a la recogida de fondos en masa- es la fórmula que está posibilitando el nacimiento de las nuevas plataformas digitales que reúnen a particulares con ingresos modestos para rehabilitar y poner en alquiler o vender viviendas. La tendencia, aunque embrionaria, empieza a ganar músculo: la primera iniciativa en España de estas características, Housers, ha conseguido sumar 6.089 pequeños inversores para financiar una treintena de proyectos y otras plataformas similares empiezan a hacerse un hueco en un negocio que comienza a renacer de sus cenizas tras la crisis.
El crowdfunding o micromecenazgo puede suponer un cambio significativo para la consecución de proyectos inmobiliarios: las denominadas “finanzas colaborativas” se abren paso en un sector donde el lucro hasta hace poco sólo estaba reservado a bancos, promotores, constructores, inmobiliarias y algunos ciudadanos con alto poder adquisitivo. El fundador de Consumo Colaborativo Albert Cañigueral considera que la tendencia es “una revolución financiera”, aunque reconoce que carece de “los vínculos sociales” que muchas de las iniciativas que se enmarcan en la economía colaborativa generan. La relación entre los usuarios de estas plataformas es puramente económica. Cómo funciona Siguiendo con el ejemplo de Housers, el usuario entra en la web, se registra y proporciona a la plataforma una serie de documentación –como el documento nacional de identidad-, con la que una entidad de pago externa le abre una cuenta corriente donde podrá trasferir fondos. A partir de este momento el usuario ya tendrá acceso a su área privada, donde encontrará los proyectos seleccionados por la plataforma que precisan inversores e información relativa a cada uno de ellos, en los que consta la rentabilidad estimada así como los plazos en los que está previsto comprar, rehabilitar, alquilar o vender el inmueble o promoción inmobiliaria en cuestión. El usuario también cuenta con una herramienta big data que le permite comprobar los precios de tasación de otros inmuebles análogos y las rentas del alquiler que se pagan por ellos. Entre las inversiones en curso que anuncia el portal en la actualidad, destaca el proyecto de dos viviendas a reformar en el barrio de El Raval de Barcelona con un objetivo de financiación de 354.700 euros y una previsión de revalorización neta de un 42% de la inversión en un máximo de cinco años. Hasta el momento la oferta ha recibido el apoyo de más de 140 compradores que han comprometido una cantidad superior a 82.000 euros. Otra de las oportunidades anunciadas es un local ya alquilado ubicado en el barrio Malasaña de Madrid con un precio de compra de 471.600 euros, de los cuales se han conseguido de momento cerca de 60.000 euros. Por último, destaca un plan en estudio consistente en la construcción de un edificio residencial compuesto de cuatro viviendas en el distrito madrileño de Tetuán para el que se necesita una inversión de 606.128 euros. “Sólo escogemos proyectos rentables y seguros en zonas consolidadas”, explica el cofundador de Housers Álvaro Luna, que reconoce que los precios actuales de mercado –inferiores a los de hace una década atrás- en conjunción con el inicio del ciclo expansivo en el que está inmerso el sector hacen prever rentabilidades anuales brutas de entre el 5 y el 6% para el alquiler –y algo superior en el caso de la venta-. En este sentido la plataforma se decanta principalmente por viviendas ubicadas en las grandes capitales –como Madrid y Barcelona- y los barrios más céntricos, en los que la demanda de alquiler es alta. “El producto que más nos gusta es el que requiere de una gran rehabilitación, para darle un valor añadido y tiene que estar muy bien analizado y estructurado”, comenta Luna. El usuario puede invertir a partir de 50 euros en cada uno de los proyectos seleccionados, una cuantía que se queda bloqueada en su cuenta corriente hasta que se completa el importe solicitado para llevar a cabo la transacción de compra, venta y rehabilitación. El dinero comprometido pasa a la cuenta de la sociedad limitada que gestiona el proyecto de la que el pequeño inversor pasa a ser socio accionista. Una vez el inmueble se alquile, el usuario de la plataforma recibirá mensualmente un dividendo proporcional a la cantidad invertida y un extra de dividendos por la plusvalía –en los casos en que el objetivo final de la operación sea la venta-. Cada usuario puede invertir el dinero que desee hasta 3.000 euros, la cuantía máxima que un inversor no acreditado puede destinar a cada proyecto según la ley 5/2015 de fomento de la financiación empresarial. La norma también establece un límite de 10.000 euros por plataforma y usuario y obliga a las plataformas de equity crowdfunding –empresas que se financian a través de pequeños inversores que pasan a ser accionistas- a someterse a la supervisión de la Comisión Nacional del Mercado Valores (CNMV), donde estas plataformas están obligadas a darse de alta. Según fuentes de Housers, la compañía intermediaria actualmente está en trámites de conseguir la aprobación de este organismo estatal cuya función es proteger al inversor. Posibles riesgos Pero, ¿qué pasa si el proyecto no llega a materializarse? “El inversor recupera el dinero”, asegura Luna. Y en caso de que la operación se complique porque, por ejemplo, la vivienda tarde más tiempo de lo previsto en alquilarse o por problemas de morosidad, el cofundador de la plataforma comenta que “cada proyecto cuenta con un colchón para imprevistos de un 4,5% de la inversión total”. No obstante, Luna reconoce que “toda inversión tiene un riesgo”, pero argumenta que cada operación propuesta está “muy bien escogida”, que siempre hay un bien inmueble que la respalda y que el público en general conoce mejor este sector “que el de las preferentes o los fondos de inversión”. Además, a diferencia de éstos o las Sociedades Anónimas de Cotizadas de Inversión Inmobiliaria (SOCIMI), el usuario “escoge directamente el proyecto en el que quiere invertir”. Para el profesor de Economía y director del Master Inmobiliario de la Universidad de Barcelona (UB), Gonzalo Bernardos, el riesgo de este tipo de inversión es “muy elevado”, ya que se basa en “una cuestión de confianza en la compañía”. A esto se añade el hecho de que la plataforma de crowdfunding “no puede garantizar la rentabilidad que promete”. Por estos motivos aconseja “cautela” a los posibles inversores, pero también reconoce que en la actual coyuntura por la que atraviesa el sector inmobiliario las rentabilidades son “buenas”. Por el contrario, el experto en crowdfunding y economía colaborativa Albert Cañigueral alaba “el ejercicio de trasparencia particular, a diferencia de la banca”, que llevan a cabo este tipo de plataformas, en las que se detalla hacia qué se destina el dinero de los inversores y cuál es su retorno. “Como inversor yo buscaría siempre este nivel extra de trasparencia”, afirma. Otras ventajas e inconvenientes El experto en productos financieros y de inversión Julián García, de HelpMyCash.com, a continuación enumera los pros y contras delcrowdfunding inmobiliario tomando como ejemplo la plataforma Housers: Ventajas
Inconvenientes
Otras iniciativas También existe la posibilidad de financiar exclusivamente proyectos de promotores inmobiliarios. Una variante de micromecenazgo que recibe el nombre de crowdlending y en la que se enmarca la iniciativa de Crowd Estates. La plataforma se dedica a valorar promociones inmobiliarias atractivas para exponerlas a su comunidad on line de inversores, gestiona la recogida de capital y supervisa la evolución de los proyectos. A través del concepto “precio de ticket” se establece un mínimo para participar entre 500 y 1.000 euros. El referente español en este tipo de micromecenazgo es Inveslar, con sede actualmente en L’Escala (Alt Empordà) y pronto también en la ciudad de Barcelona. La empresa reúne fondos de inversores con un ticket mínimo de 100 euros para proyectos de promotores inmobiliarios cuyo destino sea el alquiler y de a partir de 3.000 euros en el caso de propiedades para la venta. Este último tipo de operación tiene “un mayor riesgo que el alquiler, pero también más rentabilidad”, explica Didac Figueras, cofundador de la iniciativa. Inveslar es la primera compañía de crowdlending en el Estado español que ha conseguido vender un chalet. La casa, construida completamente en una fábrica, está situada en la cala Montgó, en plena Costa Brava. Diferente es el caso de la empresa InvesReal, una plataforma que ofrece la posibilidad de invertir en socimis. En la actualidad anuncia en su página web la participación en una sociedad que invierte 50 millones de euros en edificios céntricos de Madrid y Barcelona para la actualización de sus alquileres, reforma de pisos y su posterior venta. Fuentes de la Asociación de Promotores de Catalunya (APCE) han señalado a La Vanguardia que la fórmula del crowdfunding aplicado a este ámbito en España todavía es “muy incipiente” y piden una mayor regulación con el objetivo de dar más seguridad al pequeño inversor. Otra de las trabas que existen, según la asociación de promotores, es el hecho de que la mayoría de las promociones inmobiliarias requieren una gran inversión. Sin embargo, la ley que regula este tipo de operaciones limita sólo a dos millones de euros la financiación máxima que pueden recibir las empresas procedente de inversores no acreditados a través de este sistema de micromecenazgo. Un rascacielos ‘crowdfunded’ El referente a nivel mundial de lo que se puede llegar a conseguir a través del micromecenazgo aplicado al sector inmobiliario es el colombiano Rodrigo Niño, creador de la plataforma Prodigy Network. La compañía ha liderado proyectos que se financian con aportaciones individuales, como la construcción del edificio más alto de Colombia, BD Bacatá, y un edificio de apartamentos de 23 plantas en Manhattan. La inversión mínima para participar en el primer proyecto era de 20.000 dólares y, la del segundo, 250.000 dólares. http://www.lavanguardia.com/vida/20160712/403143783980/crowdfunding-inmobiliario-housers.html A sus 85 años, Carmen, viuda y con una hija, ha decidido convertir sus ladrillos en euros. Su pensión no daba para más, pero si su casa. Con una vivienda en el barrio barcelonés de Fort del Eixample, tasada en 288.827 euros, contrató el pasado mes de junio una hipoteca inversa por la que ha recibido 18.000 euros al inicio y una renta mensual vitalicia de 710 euros. En la misma ciudad un matrimonio, de 85 años cada uno y con una vivienda tasada en 850.000 euros, ha contratado recientemente una hipoteca inversa. Han percibido 15.000 euros de golpe el día de la firma, más 2.100 euros al mes hasta el fallecimiento del último de los dos.
El caso de José es distinto. Con 75 años, soltero y sin hijos, se ha decantado por contratar un producto llamado renta vitalicia inmobiliaria para complementar su pensión. Gracias a su vivienda, tasada en 190.000 euros, en la calle Fermín Caballero, barrio La Paz (Madrid), recibe 608 euros mensuales de por vida y seguirá viviendo en el piso. Además, ya no tiene que pagar el IBI, las derramas extraordinarias de la comunidad ni el seguro de hogar. Todas estas personas que han usado su piso para mejorar su renta mensual buscaban lo mismo: aumentar su poder adquisitivo sin renunciar a su casa. Esa en la que han vivido toda la vida. Sin embargo, las hipotecas inversas están en mínimos. Pese a que sigue habiendo interesados, pocos bancos están dispuestos a aceptar las ofertas. Las rentas vitalicias, en cambio, sí tienen más presencia. ¿La diferencia entre uno y otro producto? Principalmente si los herederos podrán o no recuperar el inmueble tras fallecer el dueño. En España hay 8,5 millones de personas con más de 65 años que tienen poco dinero en el bolsillo, pero mucho en patrimonio. De hecho, el 87% es propietario de una vivienda y, además, esos muros son el 85% del ahorro conseguido a lo largo de su vida. Quieren seguir viviendo en ella, por gusto y por necesidad. El precio medio mensual de una residencia es de 1.550 euros, mientras que la jubilación media alcanza los 1.007 euros –la de viudedad, 626 euros–. Además, muchos son el sustento económico de hijos y nietos. Con este panorama, no son pocas las personas mayores que se plantean en algún momento rentabilizar en vida sus casas. La motivación en el 75% de los casos es la de obtener mayores ingresos para cubrir necesidades asistenciales y vivir un poco mejor. Aunque con la crisis han surgido nuevas demandas, como "ayudar a los hijos, pagar alguna deuda o derrama en el edificio, y la obtención de ingresos durante un periodo concreto para realizar con posterioridad la venta de la vivienda", dice Carlos A. Martínez Cerezo, presidente de Grupo Retiro, que comercializa desde 1996 productos para que los mayores puedan convertir sus vivienda en una fuente de ingresos. La crisis merma el interés de la bancaPero la crisis ha mermado y mucho la contratación del que fue uno de los productos estrella durante los años de bonanza: las hipotecas inversas. "Era un complemento ideal para algunas familias, llegando a triplicar pensiones no muy altas", señala Ricardo Gulias, director general de Tu Solución Hipotecaria. Pero la pérdida de valor de las viviendas, el cierre del grifo crediticio y la fusión de las cajas de ahorro ha provocado que prácticamente ninguna entidad lo esté comercializando. En la actualidad solo la ofrece una compañía aseguradora. En 2009 se contrataron unas 2.000 hipotecas inversas. Hoy esa cifra se ha reducido en un 80%, de hecho en 2013 apenas se firmaron unas 300. La contratación cae de forma drástica desde hace dos años, aunque no el interés de las personas mayores. Según Iñigo Hernández, director comercial de Óptima Mayores, "en España hay una enorme necesidad de obtener liquidez por parte de nuestros mayores". Dice que demandan el producto 100 nuevos potenciales clientes al mes. Pero no hay oferta bancaria. Por eso, "antes del último trimestre del 2015 tendremos un producto alternativo con la colaboración de fondos de inversión extranjeros especializados en este sector en el mercado anglosajón", adelanta Ángel Cominges, consejero delegado de Óptima Mayores, entidad especializada en planificación financiera de personas mayores desde 2005. La hipoteca inversa es un préstamo con garantía hipotecaria de la vivienda a través del cual una entidad financiera concede una renta mensual a una persona mayor sin perder la propiedad ni el uso del inmueble. Además, "el titular puede cancelar voluntariamente la misma, mediante la devolución de lo dispuesto en cualquier momento", señala Cominges. La deuda solo puede ser exigida por el banco tras el fallecimiento del cliente y los herederos de la propiedad tienen un plazo de 12 meses para proceder a la liquidación de la deuda y recuperar la casa. En la mayoría de los casos, optan por vender el inmueble para cancelar la deuda y repartirse el dinero sobrante. La esperanza de vida, la edad y el valor de la vivienda, fijado mediante tasación oficial, son los factores que más peso tienen a la hora de fijar la renta. A más edad y más valor del inmueble, más renta. Por ejemplo, para un piso tasado en 200.000 euros el propietario recibiría 186 euros mensuales si tiene 65 años. Pero si ha cumplido los 85 años, la renta subiría a 600 euros. Si el piso está valorado en 600.000 euros y el dueño tiene 85 años percibirá 1.845 euros mensuales de por vida. Auge de la renta vitaliciaActualmente se contrata más la renta vitalicia inmobiliaria, que además ofrece una renta más alta. En Grupo Retiro el 28% de las operaciones que intermedian son de hipoteca inversa y el 72% restante de renta vitalicia y de venta con alquiler garantizado. La principal diferencia es que los hijos no heredan la propiedad. Las personas mayores perciben una renta mensual durante el resto de su vida a cambio de la venta de la nuda propiedad de su vivienda, pero manteniendo en todo momento el derecho de uso y disfrute de la misma. Los únicos requisitos son la edad (mayores de 65 años) y la ubicación de la vivienda, ya que en pequeñas poblaciones o zonas rurales no es posible la gestión de estos productos. Tradicionalmente ha sido contratado por personas sin herederos directos, si bien en los últimos años se nota un cambio de mentalidad en los hijos. "Declaran preferir que sus padres contraten una renta inmobiliaria porque les supone obtener más ingresos y quieren que sus padres vivan lo mejor posible", explica Martínez Cerezo. Una última opción es la venta con alquiler garantizado, el denominado sale & leaseback. En este caso, el propietario vende la casa pero de forma simultánea se realiza un contrato de alquiler con el nuevo comprador. Sea cual sea el producto elegido, la vivienda siempre debe estar libre de cargas y su ubicación es clave para que la operación salga adelante. Según Optima Mayores, el tipo de vivienda más habitual de las operaciones cerradas es un piso en capitales de provincia, fundamentalmente Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao y Sevilla. Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2015/07/09/vivienda/1436431348_690660.html?rel=mas La modalidad, que permite arrendar viviendas deterioradas, se abre paso en España a pesar de las reticencias de los propietarios. Poca gente conoce la posibilidad de pagar el alquiler de una vivienda con ladrillos, pintura, sanitarios y azulejos. Pero, de no ser por esta modalidad, el piso del barrio de La Verneda i la Pau (Barcelona) estaría cerrado a cal y canto. Los herederos, sin dinero suficiente para afrontar la reforma necesaria, se decantaron por sustituir la renta mensual por la ejecución de obras en su vivienda. El matrimonio alquilado se comprometió a hacer mejoras por valor de 12.000 euros, así que durante 24 meses no tuvo obligación de pagar la renta de 460 euros mensuales. "Fue muy bien porque los herederos están cobrando un dinero con el que no contaban y los inquilinos, que tenían conocimientos de albañilería, han podido acceder a un piso y además a su gusto", explica Mariano Hervás, administrador de fincas del Colegio de Barcelona-Lérida, que participó en la redacción del contrato.
Desde 2013, con la Ley de Medidas de Flexibilización y Fomento del Mercado de Alquiler de Vivienda, se incluye la rehabilitación por renta en el marco de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) de 1994. Si bien esta figura ya se utilizaba en la práctica sometida a la regulación del Código Civil y estaba definida en otros ordenamientos jurídicos, principalmente autonómicos, explican en el Ministerio de Fomento. Así, el inquilino que paga con obras tiene los mismos derechos que cualquier otro, como la duración mínima de tres años del contrato o la posibilidad de terminar el mismo a partir del sexto mes. Pero la rehabilitación por renta no es un derecho del inquilino, sino un acuerdo. "Se pacta lo que las partes acuerden atendiendo al valor de las obras y del alquiler. Por ejemplo, si el alquiler mensual es de 400 euros y el inquilino se compromete a ejecutar unas obras que le costarán 4.000 euros, eso significará que durante 10 meses no deberá pagar la renta. El valor de las obras puede ser tan significativo que el inquilino no llegue a abonar ninguna renta", recalca Rosa María García Teruel, investigadora predoctoral en Derecho Civil en la Cátedra de Vivienda de la Universidad Rovira i Virgilin. Ahora bien, al propietario del inmueble las obras no le salen gratis, sino que "las está pagando renunciando al cobro de la renta y tendrá que tributar por ellas en el IRPF, como rentas en especie", asegura Pelayo de Salvador Morell, abogado del despacho deSalvador Real Estate Lawyers. Recuerda el abogado que esta fórmula puede ser incluso más interesante para los dueños de fincas antiguas y empresas especializadas en el arrendamiento. La reforma por renta o la renta mixta –parte económica y parte obras– puede darse al comienzo del arrendamiento o después, aunque lo más habitual es que se acuerde en la firma del contrato. Bajo este paraguas encajan todo tipo de obras, aunque parece que va más encaminado a las de cierta envergadura, ya que la ley habla de "rehabilitación o reforma". Además, "cuando se trata de obras de poco valor, como pintar las paredes, ya se usan los periodos de carencia, de modo que el primer o segundo mes no se debe pagar el alquiler. En la rehabilitación por renta la obligación principal del inquilino son las obras, o las obras más una renta simbólica", aclara García Teruel. Al ser un acuerdo entre las partes no existe un registro oficial, pero varias administraciones públicas y asociaciones de Andalucía y Cataluña han puesto en marcha iniciativas de este tipo. Que casero e inquilino pacten esta fórmula es una buena idea para dar salida a las viviendas degradadas, antiguas, que no cumplen las condiciones de habitabilidad y que de otra forma estarían vacías, según García Teruel, para quien falta difusión e impulso por parte de la Administración pública. Un camino en línea recta que permitiría incrementar el parque de inmuebles en buen estado en España y, de paso, su valor. Unos dos millones de casas se encuentran en mal estado y necesitan rehabilitación, estima el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE). Y, según Eurostat, cerca de un 17% de la población vive en inmuebles en condiciones de habitabilidad deficientes: humedades, goteras, problemas estructurales e importantes deterioros en ventanas y suelos. La única salida para muchas de estas viviendas es el mercado negro del alquiler, que llega a ser del 41,4% según los últimos datos de Gestha. El beneficio más importante para el arrendatario es no tener que disponer de dinero en efectivo para poder acceder a una vivienda. "En el actual contexto económico existen muchos sectores de la población que no tienen una fuente estable de ingresos pero, en cambio, disponen de experiencia y conocimientos constructivos. O tal vez tienen familiares o conocidos que les pueden ayudar y promover un trabajo colaborativo", piensa García Teruel. La recompensa para el casero es conseguir una vivienda revalorizada. "Más de un 41% de los propietarios no pueden afrontar las obras de rehabilitación", recuerda la investigadora de la universidad catalana. No obstante, la operación no está exenta de peligros que asustan y mucho a los propietarios, ya de por sí recelosos de alquilar sus pisos. El administrador de fincas Mariano Hervás cuenta el caso de unos okupas a los que se ofreció la ejecución de obras a cambio de la renta en un piso. "Al cabo de un años se fueron sin hacer la reforma y sin pagar". Hay que extremar las precauciones y blindajes porque no es un contrato de alquiler cualquiera. Tanto la renta como las obras tienen que estar cuantificadas conforme a un proyecto en el que se especifiquen calidades, acabados, materiales, precio, plazos, etcétera. "Es muy importante para el arrendador que haya esta equivalencia, de lo contrario no sabrá qué está percibiendo a cambio de no cobrar la renta", aconseja De Salvador Morell. Y para el inquilino es clave conocer a qué tipo de obras se está comprometiendo, ya que las acepta como obligación principal. Una vez al mes el propietario debe visitar el piso y no está de más "contar con un técnico independiente que certifique si se ha pagado en especie la renta correspondiente y si las obras avanzan conforme a lo previsto", apunta el abogado. La profesionalización de este servicio ya ha comenzado. Hace dos años nació Alquiforma, la primera empresa de gestión de alquiler por reforma en España, que aplicó esta modalidad en 63 contratos durante 2015 en la provincia de Valencia y lleva más de 10 este año. "El hecho de que participe una empresa de reformas y gestión inmobiliaria incrementa la seguridad del arrendador", cree Borja de los Mártires, gerente de la firma. "Cuando el propietario de una vivienda necesitada de reformas contacta con nosotros y se pactan las obras más adecuadas. Una vez presupuestada la reforma, se introduce la ficha de la vivienda en la base de datos y el futuro inquilino puede ver las características del inmueble, las obras exigidas, así como las condiciones de financiación de la reforma mediante el pago del alquiler", explica. Las reformas suelen durar un mes, que suele ser el anterior a la entrada en el piso, pero a diferencia de la modalidad en la que no hay intermediarios, en este caso el inquilino siempre paga, ya que durante los meses en que está exento de la renta –un máximo de 24 meses– debe abonar a la empresa el coste mensual de las obras. A cambio, se hace con un alquiler hasta un 20% más económico. "El arrendatario tipo tiene entre 30 y 45 años, un nivel medio-alto y se desplaza frecuentemente por trabajo. Prefiere esta fórmula para poder vivir en una casa reformada a su gusto", dice De los Mártires. La empresa pretende crecer a nivel nacional con el sistema de franquicias. Notas:
http://invercrowd.com/plataformas-crowdfunding-inversion/
Info acerca de Invercrowd El panorama económico mundial, ha cambiado drásticamente. España es sin duda, uno de los lugares, en donde, las finanzas y la economía han sufrido más cambios a todos los niveles. Creo que todo el mundo conoce ya la situación y poco más podemos decir que no se haya dicho aún. Paralelamente a esta situación, en diferentes países a nivel mundial a surgido un nuevo fenómeno, el crowdfunding o la financiación colectiva. Todo un movimiento, que cada vez está cogiendo más fuerza. Una de las plataformas más conocidas y que mueve cifras millonarias es Kickstarter. El concepto es extremadamente simple. Una persona tiene un proyecto, un disco por ejemplo, y varias personas lo financian con pequeñas cantidades cada uno. Después, la gente que a financiado el proyecto recibe una recompensa a cambio, como puede ser un disco, entradas a un concierto, camisetas… Aprovechando este concepto y tecnologías como internet, podemos disfrutar actualmente de nuevas modalidades como son; elcrowdlending o el equity-crowdfunding. En las que una persona puede financiar préstamos a empresas o particulares o incluso adquirir participaciones. Es aquí donde nace Invercrowd.com. Pretende ser una guía informativa para aquellas personas que quieren invertir en préstamos o participaciones a través del crowdfunding en las diferentes plataformas online. En este portal podrás encontrar información sobre como invertir, las plataformas de crowdfunding, noticias y actualidad. Siempre basándonos en nuestra propia experiencia como inversores. Utilizaremos un lenguaje muy práctico y fácil de entender por todo el mundo y nunca usaremos términos ni conceptos técnicos que puedan llegar lugar a confusión. Nuestro objetivo es que se le pierda el miedo a este tipo de producto de inversión, muy nuevo eso sí. Donde cualquier persona desde su propia casa y sin grandes conocimientos económicos puede obtener rentabilidades muy atractivas y además financiar la economía real donde todos ganamos, empresas, inversores y la sociedad. Desde invercrowd apostamos firmemente por el crowdfunding como herramienta de inversión, donde en países como, Reino unido y Estados unidos entre otros ya han demostrado que es un modelo que funciona y a venido para quedarse. No exageramos si decimos que estamos delante de las finanzas 2.0. Si lo pensamos por un instante, es una evolución lógica y necesaria, para un país del llamado primer mundo. Uno de los puntos más controvertidos, es la posible competencia entre la banca tradicional y las plataformas de crowdfunding. Nosotros no lo vemos así. Pensamos que pasará algo parecido a la radio y la TV. Viven juntas perfectamente sin causar ningún problema entre sí. Las empresas van a ser unas de las beneficiadas con este fenómeno, ya que tendrán acceso a una financiación alternativa que no han tenido hasta ahora. Sin salir de la empresa podrán conseguir crédito para su negocio de una forma ágil, transparente y incluso a menor precio. Otro beneficiario somos nosotros, la gente de pie de calle. Tendremos la posibilidad de tener acceso a productos con una rentabilidad atractiva y colaborando el la economía real. Así que desde Invercrowd.com, no esperamos al futuro, sino que empezamos a utilizar elcrowdfunding de inversión desde YA. Esperemos que tú también tu unas a nuestra familia y puedas disfrutar de esta fantástica herramienta que tenemos en nuestras manos.
(**) NOVAInteriorismo Tops! http://www.levante-emv.com/economia/2016/04/20/cuatrocientos-inversores-financian-compra-tres/1406931.html
LEVANTE-EMV | VALENCIA Un total de 416 inversores han financiado la compra de un lote de tres viviendas en el centro de Valencia a través de la plataforma inmobiliaria online Housers.es de 'crowfunding'. La inversión se ha cerrado en 20 días y con el 80% del coste de los inmuebles (433.000 euros) sufragado con aportaciones de los inversores y el resto con una hipoteca. Se trata de la primera vez que se realiza en la ciudad de Valencia una operación de financiación por lotes de viviendas mediante la fórmula de inversión colectiva, que se suma al inmueble adquirido recientemente por Housers.es en Barcelona y a otros 17 pisos que ha comprado en sus ocho meses de trayectoria: 12 en Madrid y cinco también en Valencia, según ha informado la compañía en un comunicado. Tras su compra, las tres viviendas se reformarán para ser alquiladas en una primera fase de tres años y posteriormente puestas a la venta por un valor estimado de 747.000 euros. Los pisos están ubicados en pleno centro de Valencia, en las calles Xàtiva, Túria y Convento Jerusalén, con una inversión total de 541.545 euros, de los que 433.000 han financiado 416 inversores individuales de distintos puntos de España con aportaciones que van desde 100 euros hasta 15.000 euros. Mientras, el 20% del coste del lote (108.500 euros) se ha financiado a través de una hipoteca solicitada por la sociedad creada por Housers para este proyecto inmobiliario. Dentro de la inversión total se incluye el valor de adquisición bruto del inmueble, de 389.000 euros, que según la compañía se sitúa un 20% por debajo del precio de mercado en la zona, así como costes de la reforma integral que se realizará para revalorizar el inmueble, gastos jurídicos o impuestos, entre otros. BENEFICIO DEL 43% Una vez finalizada la reforma integral de las viviendas serán alquiladas con una previsión de rentabilidad anual del 6,7%. En una segunda fase se ha acordado su venta en tres años con un precio estimado de 747.000 euros y un beneficio bruto del 43,11%. Ambas rentabilidades, sobre el precio de compra, se repartirán por dividendos entre los inversores, que también son socios de la sociedad propietaria del lote. Desde que hace ocho meses dos emprendedores --el valenciano Tono Brusola y el madrileño Álvaro Luna-- crearon Housers, esta comunidad ha invertido un total de 3,8 millones de euros para financiar 20 inmuebles en Madrid, Valencia y Barcelona. Cinco de ellos se encuentran en la capital del Túria, donde se ha logrado un volumen de inversión de 798.300 euros, con aportaciones individuales de más de 600 inversores. La plataforma se dirige principalmente a la compra de viviendas y permite a particulares financiar inmuebles reservados hasta ahora a grandes inversores, con una cantidad mínima de 100 euros de inversión en la participación de la compra de vivienda, locales y naves industriales. Durante los próximos tres años, la compañía prevé captar más de 1.500 inmuebles en toda España y atraer así más de 300 millones de inversión a través de 'crowdfunding'. http://economia.elpais.com/economia/2016/01/08/vivienda/1452247422_885811.html Cualquiera puede convertirse en inversor inmobiliario con lo que lleva en el bolsillo y obtener unos ahorros sin asumir grandes riesgos ni deudas. El dinero no es un problema. Basta con disponer de 100 euros para invertir en la compra de viviendas, locales, oficinas y naves industriales mediante crowdfunding inmobiliario o micromecenazgo colectivo.
En España la fórmula trata de posicionarse en un sector que empieza a recuperar el tono. "Hay mucho interés porque se trata de una forma de invertir completamente nueva en España Hay que tener en cuenta que la inversión inmobiliaria siempre ha aportado rentabilidades altas, pero era un mercado restringido a grandes capitales. Ahora se puede invertir en varios inmuebles por toda España desde 100 euros y sin moverse del sofá", explican Antonio Brusola y Álvaro Luna, fundadores de Housers, la primera plataforma de pequeña inversión colectiva inmobiliaria en España. Ha conseguido reunir a más de 550 inversores en seis meses de actividad. Ofrece rentabilidades brutas (difieren según el proyecto) para un plazo de cinco años que pueden alcanzar hasta el 70%, teniendo en cuenta el alquiler y la revalorización del inmueble. "Se trata de rentabilidades muy difíciles de encontrar actualmente en cualquier otro producto financiero", dice Brusola. La compañía se centra en buscar inmuebles en barrios donde conseguir un inquilino sea sencillo y donde la posterior comercialización sea rápida y rentable. Esto se da, sobre todo, en las ciudades de Madrid, Valencia y Barcelona, donde los precios llevan varios trimestres al alza y hay una alta demanda de alquiler. El objetivo final siempre es la venta, es decir, la plataforma fija un objetivo de revalorización del inmueble y cuando se consigue se vende, independientemente del tiempo que haya transcurrido desde que fue comprado. "Obtenemos ingresos mensuales constantes a partir del alquiler del inmueble, más una plusvalía resultante de la futura venta", explica Luna. Los arrendadores son los propios inversores que, a su vez, son los dueños de la sociedad limitada que se crea para proceder a la compraventa del activo. Así, el particular recibe su ganancia procedente del alquiler todos los meses en su cuenta de Housers y puede transferir este dinero a su cuenta habitual sin coste. Después, cuando se vende el inmueble recibe su parte. El propio inversor decide en qué inmuebles quiere invertir: viviendas, locales, oficinas y naves industriales. También puede diversificar en diferentes viviendas y minimizar los posibles riesgos. Así, por ejemplo, puede elegir entre invertir 2.000 euros en un solo proyecto o pequeñas inversiones de 500 euros en cuatro distintos. La nueva Ley de crowdfunding fija los límites de inversión: los inversores no acreditados tienen un límite de 3.000 euros por proyecto. Los particulares más activos en este terreno proceden de Madrid y Barcelona, el 85% son hombres y el 15% mujeres, tienen estudios superiores, unos 35 años, poder adquisitivo medio (ganan entre 1.000 y 2.000 euros al mes) y aportan una media de 1.500 euros en varios inmuebles para poder diversificar la cartera inmobiliaria. No obstante, en los últimos meses también se han apuntado particulares extranjeros, sobre todo franceses e italianos. Pocos riesgos ¿Existe riesgo de perder el capital? Como en toda inversión esta posibilidad existe, pero "es poco probable porque siempre hay un bien físico que respalda la inversión y los inmuebles están situados en el centro de las grandes ciudades, por lo que siempre existe una demanda que impide que el inversor pueda verse perjudicado por una fuerte caída de los precios en un momento determinado", asegura Brusola. El pasado mes de septiembre Housers cerró su primera compra en la zona de la Avenida de la Albufera (Madrid). El piso de 46 metros cuadrados costó 62.000 euros, más los gastos de reforma e impuestos (80.500 euros). La plataforma estima que la rentabilidad bruta total para un periodo de cinco años es del 68%, en total 33.123 euros (17.688 euros por alquiler y 15.436 euros por la venta). Cada particular recibirá su parte proporcional. Tres meses más tarde consiguió, por primera vez en España, adquirir una vivienda en el barrio madrileño de Malasaña a través de una fórmula mixta: 123 inversores financian el 79% a través de crowdfunding ( 191.000 euros) y una entidad bancaria el resto (49.500 euros a un interés fijo del 2,35%). "Se ha hecho para aumentar la rentabilidad de nuestros inversores, ya que aprovechan el llamado apalancamiento financiero", indica Luna. Fuera de nuestras fronteras, el mercado más espabilado es el de Estados Unidos, aunque hay modelos parecidos en Francia, Australia, Inglaterra y Alemania. La plataforma PropertyPartner, en Reino Unido, ha conseguido seis millones de libras, más de 2.800 inversores y 20 propiedades compradas en seis meses. Hay más opciones Otra forma de convertirse en inversor en España es el crowdlending–una de las modalidades del crowdfunding–. Aquí los inversores financian con pequeñas cantidades de dinero los proyectos de promotores. Es lo que hace la plataforma The Crowd Estates, que valora proyectos inmobiliarios atractivos, los expone a una comunidad online de potenciales inversores, ofrece servicios de gestión para reunir el capital y controla la evolución del proyecto. Actualmente está abierta la posibilidad de financiar la construcción de un unifamiliar en L'Escala (Girona). El precio mínimo de inversión es de 3.000 euros. A esta fórmula recurrió el pasado año el grupo chino Wanda, propietario del Edificio España (Madrid), para financiar la construcción de cinco de sus grandes complejos. Gracias a esta forma de micromecenazgo consiguió 72 millones de euros de particulares y 648 millones de instituciones y empresas. Distinto es lo que hace la empresa InvesReal, una plataforma de coinversión en activos inmobiliarios que ofrece la posibilidad de invertir en socimis (sicav inmobiliaria), como las grandes fortunas. Ahora está abierta la participación en una socimi que invierte unos 50 millones de euros en edificios para la actualización de sus alquileres, reforma de sus pisos y posterior venta en los barrios más céntricos de Madrid y Barcelona. La inversión mínima es de 500 euros. |
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