El Instituto se ha comprometido a reparar con urgencia los daños después de que el Ayuntamiento la haya impuesto sanciones por un importe de 15.000 euros. S. ESCRIBANO Paredes y techos desconchados por la humedad, goteras y grietas. Estos son algunos de los problemas que presentan las casas de tres bloques que el Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA) tiene alquiladas a familias con pocos recursos en el barrio de José Antonio. Este organismo, dependiente de la Conselleria de Urbanismo, asegura que reparará con urgencia las deficiencias de los inmuebles, pero el Ayuntamiento de Alicante ya ha movido ficha y ha decidido sancionarle con hasta 15.000 euros por tenerlas en mal estado y no atender a las exigencias municipales de repararlas. El bloque más deteriorado es el de la calle Rubén Darío número 2, en el que una inspección técnica obligatoria reveló deficiencias que no han sido subsanadas. La presidenta de la escalera, Cristina Huerta, vive en el último piso y asegura que cuando llueve la casa se inunda por las numerosas goteras. Explica que el tejado del inmueble es muy antiguo y muchas de las tejas están rotas lo que provoca las filtraciones de agua. Además, asegura que hay palomas que se cuelan y anidan en el espacio que queda entre el tejado del edificio y la escayola de su techo. Lleva cinco años viviendo con su hijo y sus padres pagando un alquiler de 36 euros al mes y asegura que cuando llegaron ya había desperfectos, como las ventanas que no cerraban bien o las molduras de las puertas rotas. Su madre, Pilar Ontabilla, asegura que su mayor temor es que el techo se les venga abajo mientras muestra las grietas. Las humedades y la precaria fijación de la barandilla del balcón son otros de los problemas que preocupan a la familia, que asegura que ya ha avisado al IVVSA en más de una ocasión para que solucionara algunos desperfectos, pero lamentan que "sólo se han hecho parches". Y es que, al igual que los demás inquilinos, creen que el edificio necesita una rehabilitación integral. María Luisa Camarasa lleva viviendo en el inmueble más de 50 años y cuenta que "las goteras y todos los desperfectos me los he ido arreglando yo, pero ahora con mi pensión no puedo hacerlo y la escayola se me está cayendo". María Luisa Ruiz lleva 25 años viviendo allí. Las paredes de toda su casa se han desconchado y se ven los rastros de humedad. En el techo del baño se les hizo un agujero por las filtraciones del vecino de arriba que han arreglado con plásticos. Hay grietas que ante la preocupación de esta vecina "se van haciendo más grandes". La fachada del inmueble también se encuentra desconchada y da cuenta de la falta de mantenimiento y en el exterior una trapa del desagüe del edificio vierte aguas fecales desde hace varios días, pese que los vecinos dicen que han avisado de ello al IVVSA. Al margen de los problemas de la estructura, los afectados aseveran que se enfrentan a otros problemas sanitarios como las cucarachas y las ratas que proceden del solar anexo. En los bloques de General Bonanza, 13 y 15, donde el IVVSA tiene pendiente pasar la inspección técnica la situación no parece tan grave, pero los vecinos tampoco se libran de las humedades. Muchos de ellos han optado asumir la reforma de sus viviendas. Desde el IVVSA afirman que en el caso del edificio de la calle Rubén Darío ya hay definida una actuación "de urgencia" para solucionar los desperfectos "un plazo máximo de un mes y medio". En el otro caso, afirman que primero se pasará la obligatoria Inspección Técnica de Edificios (ITE) y luego se subsanarán las deficiencias que se detecten. El Instituto asumirá así sus responsabilidades, pero recuerda que los inquilinos tienen el deber de cuidar las casas.
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