Seis arquitectos en activo de diversa obra, ideología, situación profesional y económica responden a esta pregunta. Abrimos el debate a arquitectos y no arquitectos.
Emiliano López y Mónica Rivera: Hotel Aire de Bárdenas. FOTO: J.HEVIA “Lo que más nos preocupa a nosotros es el papel que juega nuestra profesión en el conjunto de la sociedad. Como colectivo, ¿qué es lo que le podemos aportar y hasta qué punto la sociedad realmente nos tiene en cuenta como pensadores y profesionales? ¿Por qué el incesante incremento de normativas, códigos técnicos y marcos legales que pautan y conducen las propuestas arquitectónicas? ¿Será que la sociedad ya no confía en nosotros y nos tienen que encorsetar para que no malgastemos sus recursos? ¿Qué porcentaje de arquitectos participa en la configuración de estas normas? Antes el arquitecto era quien velaba por la correcta ejecución de una obra como mediador entre la empresa constructora y el cliente. Ahora muchos de los concursos públicos en Cataluña se adjudican a la constructora y no al arquitecto, y es la constructora la que vela por los intereses del cliente, controlando de cerca al arquitecto. En breve, con las nuevas carreras amparadas en el plan de Bolonia, nuevos profesionales de formación puramente técnica podrán quizás dirigir las obras en base a planos realizados por arquitectos, truncando así una de las fases más trascendentales en la materialización de una obra. Por este camino, un edificio será válido simplemente con que cumpla el marco legal. ¿Qué nos está pasando? ¿En qué nos estamos equivocando los arquitectos? ¿Qué estamos descuidando?” Ángela García de Paredes e Ignacio García-Pedrosa “Condicionado por la realidad de hoy, a un arquitecto le debería preocupar cómo establecer un ritmo de construcción que haga sostenible un crecimiento cualitativo de la ciudad, no basado en la ocupación de nuevo suelo. La crisis ha establecido una moratoria que debe permitir repensar la ciudad y su equilibrio con el territorio, con el paisaje y con el perfil de las costas. Nos preocupa cómo articular una intensificación de lo construido, construir la ciudad mejorando lo que ya existe y sustituyendo, con acierto, lo que está aceptado por el mero hecho de estar presente. Reutilizar con nuevos usos infraestructuras y edificios obsoletos o infrautilizados. Reanimar, mediante la calidad, la actividad constructora necesaria para vitalizar la economía y para permitir la supervivencia de nuestras ciudades”. Juan Herreros: "No sé si a todos nos preocupa lo mismo, pero en mi caso, me inquieta comprobar que los arquitectos no habitamos un lugar desde el que explicar con claridad el interés y la necesidad de nuestro trabajo. La ciudad cambia a ritmos vertiginosos impulsada por la energía, las ambiciones y la fuerza del capital, pero no tengo muy claro que estemos realmente participando de esos cambios con nuestro conocimiento e imaginación sino más bien dando forma final a un escenario cuyas reglas las escriben otros. Los arquitectos queremos participar en el establecimiento de los modelos de prestigio y de calidad; ayudar a las personas a mirar más allá de lo que conocen y animarles a desear lo que nunca se les habría ocurrido; hacer patente el enorme valor añadido desperdiciado por una sistemática interpretación consumista de nuestros productos; explicar sin fascinaciones infantiles cuál es el potencial poético de novedades como la sostenibilidad o las nuevas tecnologías y cómo pueden ayudar a construir un soporte físico que sea el mayor orgullo de una sociedad civil avanzada. En un contexto de crisis, a los arquitectos nos preocupa que la lección no sea aprendida con toda su transparencia y que el momento no sea aprovechado para dar ciertos giros saludables y eliminar de una vez por todas algunos clichés que lastran el enorme potencial de ese conglomerado fascinante que es la cultura urbana”. BOPBAA. Josep Bohigas, Francesc Pla, Iñaki Baquero: “En el sentido amplio del término, nuestro trabajo es continuar. Da un poco igual si lo haces sobre unos muros góticos, unos endebles tabiques de un polígono de los años setenta, sobre una parcela llena de pinos o sobre un emblemático café – concierto. El tema es entender que algo ya ha empezado antes de tu llegada. De pequeños contábamos en voz alta los pasos de la comba antes de entrar a saltar dentro. En arquitectura pasa algo parecido. Uno debe tratar de entrar con el pie que toca para poder seguir un ritmo. Una vez dentro haces lo que sabes o lo que puedes y siempre sabes que acabarás por salir, y que viene otro detrás de ti. Entendemos la ciudad como suma. Tenemos una consciencia absoluta de pertenecer a una narración que siempre ha empezado antes y que, sobre todo, alguien continuará. Nos atrae esta condición tan contemporánea y necesaria. Empezar dando por bueno lo que nos encontramos, por extravagante que parezca, y que sea más adelante, cuando se descubran las posibilidades de mejora o influencia. La imagen de alguien que sale de entre el público para sumarse como músico a una sesión de jazz explica muy bien qué tipo de ciudad y arquitectura nos interesa. Apostamos por una arquitectura “prepositiva”, entendemos que nuestro trabajo se produce a, ante, bajo, con, desde, hacia, tras… algo que ya estaba ahí, y nuestra intención es sumarnos (y algún día diluirnos) en ese esfuerzo”. Andrés Jaque: “En el estudio que dirijo nos interesa trabajar empoderando las partes frágiles, pero valiosas, de lo que ya existe. Dos ejemplos: Uno social: Hemos analizado en detalle cómo son los entornos domésticos de los mayores que viven en soledad en el centro, de la periferia automovilística o de las casas de trabajadores trasnacionales de origen senegalés. La observación de lo real desafía la manera en que hasta ahora se han pensado la vivienda y la ciudad, como esferas casi independientes. Ahora trabajamos para mejorar, con intervenciones específicas, cada una de estas situaciones. Otro constructivo: Una parte de lo industrial depende de sistemas que nada tienen que ver con la retórica de los prefabricados; sino con la combinación de elementos ligeros y pequeños, cuya manipulación es fácil y flexible. Me refiero a: membranas impermeabilizantes, aislamientos térmicos, cintas adhesivas, sellantes. Siempre están ahí y son los que de verdad están trabajando, pero en la tradición de los proyectos singulares, quedan detrás de paneles de piedra, aluminio u hormigón. Nosotros intentamos ahora utilizarlos atendiendo a sus prestaciones, según sus lógicas y sin ocultarnos". “LAS 10 PREOCUPACIONES: 1. El cambio climático 2. Trabajar con físicos y mis hijos en "excelencia" (pensando futuro). 3. La energía y su eficiencia, hacia la empatía. 4. Aumentar en las escuelas de arquitectura la consciencia "green". 5. La transparencia espacial, político, medios,... 6. Innovación y patentes en centros tecnológicos. 7. El conocimiento y su transmisión intergeneracional. 8. Ser socialista. 9. La inteligencia distribuida en la construcción de espacios, objetos, materiales. 10. Convertir conocimiento, en PIB y salir de la crisis con valor añadido. (Esta lista no está ordenada por importancia)”. http://blogs.elpais.com/del-tirador-a-la-ciudad/
0 Comments
Leave a Reply. |
Acerca de...¡Hola! Desde este púlpito esperamos poder aportaros noticias e información de interés. Categorías
All
Archivos
January 2017
|